Encuentros de
Pastoral
Afroamericana

 

INDICE


I ENCUENTRO DE PASTORAL NEGRA

Religiosidad Popular y la Cultura Negra

Buenaventura - Colombia, del 19 al 21 de Marzo de 1980

RECOMENDACIONES DEL PRIMER
ENCUENTRO DE PASTORAL NEGRA

 

INDICE


II ENCUENTRO DE PASTORAL NEGRA

Los Afroamericanos en Situación Rural y Urbana

Esmeraldas - Ecuador, del 19 al 23 de Septiembre de 1983
 

SUGERENCIAS PASTORALES.

1. POR PASTORAL AFROAMERICANA ENTENDEMOS QUE:


 

2. POR LO TANTO, EL OBJETIVO DE LA PASTORAL AFROAMERICANA ES:

Que las comunidades negras del Litoral del Pacífico se constituyan en comunidades cristianas a partir de su propia organización social, conocimiento de su historia, recobrando su identidad y viviendo su sentido de libertad a la luz de la Palabra de Dios.

La fe en Jesús presente en medio del pueblo determine su experiencia y les impulse a realizar la liberación integral en el amor: liberación en lo socio-cultural, en lo político, en lo económico; liberación en lo religioso, con una verdadera conciencia de solidaridad comunitaria y de su pertenencia responsable a la Iglesia.
 

3. PRIORIDADES DE LA PASTORAL AFROAMERICANA

La asamblea, a través de una votación, se pronunció por las siguientes prioridades que fueron objeto de un estudio posterior en comisiones.

Las ocho prioridades, en orden de importancia, según la designación hecha por la misma asamblea son:

  1.  Identidad del Afroamericano
     
  2.  Concienciación del pueblo y Agentes de Pastoral
     
  3.  Formación de Agentes Autóctonos
     
  4.  Pastoral Afroamericana Liberadora: hacer la vida digna, justicia
     
  5.  Formación de Comunidades Eclesiales de Base
     
  6.  Liturgia y Religiosidad Popular
     
  7.  Pastoral Juvenil
     
  8.  Equipo Pastoral; proyecto pastoral, continuidad.

3.1 Identidad del Afroamericano

Entendemos por identidad de un pueblo, la idiosincrasia particular de un grupo humano, que a partir de un tronco común, elabora las nuevas Situaciones y los aportes de otras culturas en un proceso histórico que le Confiere valores y antivalores sociales, económicos, culturales, religiosos, en el contexto de un medio natural y político específico.

La identidad del hombre negro americano está dada por una raíz africana reelaborada al contacto con los valores y antivalores de las culturas indígenas e hispana en un proceso de varios siglos que la particulariza dentro del contexto de las etnias presentes en América.

Históricamente se constata la presencia del hombre africano en América, arrancado de su lugar de origen por una estructura económica, social y política que lo redujo a situación de esclavitud. Aferrado a lo poco que conservó de su propia cultura, incorporó a su existencia lo más significativo que encontró en la cultura hispana y en las indígenas con las que convivió.

Sería difícil y prolijo determinar el grado y la fuerza de los aportes recibidos y conjugados. Pero nos parece necesario resaltar como valores fundamentales de la cultura reelaborada por el hombre afroamericano: una concepción alegre y rítmica de la existencia, manifestada en la apertura, la espontaneidad, el amor indeclinable a la libertad, la afectividad y la solidaridad, que le ha dado una enorme fuerza vital que lo hace luchador, deportista y trabajador con un gran espíritu de superación.

Los antivalores de nuestro pueblo se sitúan en un confuso medio de causas históricas y represivas que han engendrado un espíritu de lucha que en ocasiones se manifiesta en actitudes difíciles de comprender por la ambivalencia expresa de todos los juicios culturales. Sin embargo, anotamos como dificultades en el momento actual:

- la desintegración de las comunidades;

- la pérdida de las tradiciones propias;

- el desconocimiento de la propia historia, que trae la pérdida de la identidad;

- la constante emigración.

LÍNEAS DE ACCIÓN PASTORAL

Es necesario tomar posición y emprender una acción coordinada y conjunta de todos los agentes de pastoral afroamericana, con el fin de procurar en el pueblo la conciencia de su identidad como comunidad cultural, en el seno del Pueblo de Dios.

Por tal razón creemos que es necesario:

  1.  Impulsar el estudio y la investigación sobre la historia y la tradición del pueblo afroamericano, en primera instancia en los agentes de pastoral;
     
  2.  Sobre la base de esta investigación, lograr la recuperación crítica de las tradiciones y valores para la vida actual del pueblo negro (folclore);
     
  3.  Impulsar la creación de un centro pastoral de negritudes que inspire y apoye las diferentes acciones pastorales en las Iglesias particulares. A su frente debe estar preferentemente personal afroamericano, directamente consciente e implicado en la problemática, o al menos un personal apostólico con conciencia de negritud;
     
  4.  Pedir el establecimiento de cursos formativos de cultura negra para todos los agentes de pastoral entre afroamericanos.
     
  5.  Elaborar los textos y material catequéticos que enseñen la historia y la situación actual del negro a la luz de la Palabra de Dios.

3.2 Concienciación sobre la Cultura Afro-Americana

Entendemos por concienciación crear mentalidad a favor de la cultura negra. Es tarea primordial de los afroamericanos.

En nuestras conclusiones, nosotros tomamos conciencia en el sentido de mentalización porque estamos haciendo prioridades de objetivos, y la concienciacjón propiamente dicha es un proceso dinámico para llevar a cabo la liberación.

Esta concienciación debe abarcar las siguientes áreas.

Situación histórica: tratar de que se conozca el origen de nuestra raza, el proceso de su traslado y su adaptación al continente;

Situación económica: que presente sus condiciones de marginación, en la participación de los beneficios de la sociedad y toma de decisiones;

Situación política: ver cómo en el aspecto político se llena los vacíos de la legislación que dejaron las leyes de manumisión y de otro lado motivar en el sector afroamericano su interés en la participación política;

Situación cultural: se trata de definir la situación del mestizaje del afroamericano en América Latina, en el sentido de que el negro no es africano, sino afroamericano. Esta concienciación debería fijar las condiciones del mestizaje tanto en lo biológico como en lo cultural y religioso.

Religioso: expresar más los sentimientos de alegría, de fiesta en nuestras celebraciones litúrgicas.


COMPROMISOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN

Entendemos que estos compromisos deben ser asumidos por los responsables de la pastoral en sus correspondientes Iglesias.

  1.  Divulgar en el pueblo la historia, a través de folletos populares que lleguen a todos, en especial en las escuelas, para conocimiento de los educandos;
     
  2.  Pedir al CELAM que tome la responsabilidad de promover la concienciación del afroamericano en la Iglesia y que siga apoyando encuentros como éste.
     
  3.  Aprovechar de los medios de comunicación que tiene la Iglesia para difundir la problemática afroamericana.
     
  4.  Estudiar la posibilidad de interesar a los parlamentarios de los países donde hay afroamericanos para que, a través de los mismos representantes de color, promulguen leyes de reivindicación de las costumbres afroamericanas.
     
  5.  Motivar a los Obispos y demás responsables para que acepten y promuevan las vocaciones sacerdotales y religiosas afroamericanas en sus seminarios y noviciados. Así, este pueblo tendrá sus guías autóctonos.

 

3.3 Promoción y Formación de Animadores Afroamericanos

Se debe partir de los valores que tienen las comunidades. Los animadores de estas comunidades están compenetrados con ellas, hablan su lenguaje, comprenden mejor el caminar de la comunidad y conocen mejor sus aspectos positivos y negativos.

Nunca deben ser impuestos; la misma comunidad debe elegirlos después de un proceso de conocimiento; tener en cuenta los líderes de las organizaciones tradicionales del lugar, sea religiosos (síndicos, sacristanes etc.) como civiles.
 

DEFINICIÓN

El animador afroamericano es la persona escogida por la misma comunidad para actuar con ella en función de animación, de testimonio y de orientación, para que ésta alcance una maduración en la vida cristiana, valore su realidad y llegue a ser plenamente ella misma.

  1. Un tipo de animador que salga de la comunidad, dentro del objetivo de identidad y para la liberación de este pueblo y de sus comunidades: Así, es garantía de eficacia: cuando ella lo escoge, ella lo acepta porque esto evita posibles conflictos y la comunidad queda comprometida.
     
  2. Actuar con ella: pues debe ser consciente de que no es su dueño, evitar el paternalismo, debe crear dinamismo de participación.
     
  3. En función de animación: porque la comunidad tiene sus altibajos, debe ser creativa y se mueve con la fuerza de todos y se dinamiza con el aporte de todos.
     
  4. De testimonio: el animador debe estimular desde su propia vida; la misma comunidad le obliga a mejorar su vida y a comprometerse coherentemente con sus hermanos negros.
     
  5. Orientación: el animador aporta luz para orientar, aunar las fuerzas y buscar el camino de progreso y transformación de la comunidad.
     
  6. Para que la comunidad alcance la madurez de vida cristiana: porque la comunidad posibilita a los afroamericanos ser conscientes de su dignidad, deberes y obligaciones; asumir la fe nos lleva a desenvolver toda nuestra vida en el seguimiento de Cristo de una manera integral, pues sólo Cristo es la plenitud del hombre y su liberación.
     
  7. Valorando la realidad: el animador colabora en la construcción de la comunidad en la medida en que se identifica plenamente con ella. La comunidad se descubre tal cual es cuando depura y acrisola sus propios valores. El afroamericano tiene muchos valores que lo ayudan a integrarse en comunidad.
     
  8. Para que la comunidad llegue a ser plenamente ella misma: ya que es la vocación a la que Dios nos llama y la mediación necesaria para realizarse como hombres afroamericanos.

 

LÍNEAS DE ACCIÓN

a. Animadores Laicales Afroamericanos

La formación del animador debe ser real, concreta y progresiva, en la vida y en el seno de la comunidad; así como a través de cursos. El proceso de formación debe estar profundamente impregnado de su historia y cultura afroamericanas a fin de que sea consciente de su identidad afroamericana y pueda vivirla y testimoniarla en su fe cristiana.

A partir de la realidad del entorno social, ambiental y personal, debe acercarse a ella críticamente, interpretarla e iluminarla a la luz de la Palabra de Dios con el método de ver, juzgar y actuar, pues en esta realidad debe ser gestor de su propia historia valorando su riqueza cultural.

Le ayuda a descubrir los problemas y situaciones, a iluminarlos; y sea formación progresiva de acuerdo con su cultura, con la Palabra de Dios y el magisterio de la Iglesia.

Es imprescindible el seguimiento y la periódica evaluación; de este modo puede verificarse la constancia y el realismo de sus compromisos. Para ellos pueden ayudar momentos correspondientes a los ciclos vitales y litúrgicos.


En dimensión de comunidad

El sentido comunitario constituye uno de los grandes valores del afroamericano. En consecuencia, el animador deberá formarse en medio de la comunidad, vivir esta dimensión y crear un fuerte sentido comunitario, con las características de su raza; sin que esto cree rivalidades, ni complejos, y más bien llegue a ser una comunidad de fe, oración y amor.

La comunidad, asumiendo la realidad y desde ella, debe llegar a un verdadero compromiso liberador para que todos tengan una vida digna y justa.


En comunidad de ministerios

El animador debe situarse y favorecer los ministerios según las necesidades de la cómunidad. Es misión suya ser vínculo de unión entre la comunidad, el sacerdote y el obispo. A su vez el animador debe sentir el apoyo del sacerdote. Las comunidades tengan un equipo de animadores; y de acuerdo a su idiosincrasia afroamericana estos no sean exclusivamente animadores religiosos sino también animadores de la salud, lo social, etc....; debe tenerse en cuenta y respetar las funciones que ya realizaban en sus comunidades con sus respectivas denominaciones.

Todo buen animador debe ser persona de claras convicciones, perseverante, abierto al diálogo, acogedor, alegre, que sepa valorar a los demás.

Siendo la Iglesia Pueblo de Dios, hay que evitar el clericalismo; que quede bien identificado como animador en medio de los hermanos afroamericanos.

La promoción de animadores no es un oportunismo de la Iglesia, ya que es un derecho de los bautizados y una obligación de la Iglesia.


Promoción de animadores

La promoción de animadores debe darse entre las personas del lugar y en zonas, conforme con su ambiente y costumbres.

Al promoverse nuevos animadores, búsquese la continuidad en la comunidad y que se integren al grupo de animadores afroamericanos.

Promuévase la presencia de la mujer junto a los varones en el grupo de los animadores, en los ministerios de la Iglesia; además, por el aporte generoso y emprendedor de la mujer negra, por su situación central en la familia.
 

b.Vocaciones Sacerdotales y Religiosas Afroamericanas

La Iglesia es una comunidad ministerial. En ella encuentran su puesto ministerial afroamericano los laicos, los sacerdotes y los religiosos. Después de haber tratado de los animadores laicos de modo especial, la comunidad debe preocuparse por las vocaciones sacerdotales y religiosas afroamericanas, ya que son el mejor fruto de una comunidad que ha madurado cristianamente.

Debe tomarse en serio la promoción vocacional, tanto por el clero como por los religiosos. Los obispos, rectores de seminarios y superiores de comunidades religiosas deben liberarse de los prejuicios raciales. Así mismo, los sacerdotes y agentes de pastoral deben liberarse de los prejuicios: clase social, color, prestigio, dinero, que existen sobre la vida sacerdotal y religiosa; correlativamente la comunidad tome conciencia de que la Iglesia tiene, quiere y necesita sacerdotes y religiosos afroamericanos.

En la formación sacerdotal y religiosa téngase presente su idiosincrasia; y ellos mismos tengan en cuenta su manera de ser, pensar y actuar, liberándose de querer ser como los blancos, y de la crítica y complejos de su propia comunidad, manteniendo la fidelidad a Cristo y a la Iglesia.

El clero y los religiosos afroamericanos tengan la mística y la conciencia de ser ellos mismos los primeros responsables en la preocupación por los de su raza, para que se incorporen plenamente a Cristo y al progreso del hombre.

Es tarea urgente la creación de centros de formación de sacerdotes afroamericanos que estén compenetrados con su gente y con su zona, evitando discriminaciones y complejos. Los agentes de pastoral apoyen y estimulen las vocaciones sacerdotales y religiosas afroamericanas.


 

3.4 Pastoral Liberadora; Vida Digna y Justicia

EXPLICACIÓN

Entendemos la pastoral liberadora como el modo concreto de realizar entre nosotros la Buena Nueva de la liberación anunciada por Jesús pobre entre los pobres.

La pastoral liberadora tiene por objeto la superación del sufrimiento y de las esclavitudes para la liberación integral de los hombres y de este Pueblo excluido, de hecho, del goce de los derechos humanos por una injusta estructura social que no le da cabida en su seno.

Liberación realizada en el amor, mediante la reconciliación de las razas, las clases sociales y de este modo ir edificando el Reino de Dios y colaborar en la construcción de una nueva sociedad de hermanos donde se viva para todos una vida digna, la justicia, la libertad y los derechos de los pobres.

La pastoral liberadora, entre nosotros, se va realizando desde el pueblo pobre que evangeliza a todos, promoviendo la liberación de todos.
 

COMPROMISOS

  1.  La situación de nuestro pueblo explotado comercialmente, privado prácticamente de sus derechos fundamentales: salud, educación, vivienda, transporte, caminos y empleo, constituye el sufrimiento de este pueblo, interpelación a nuestra conciencia de humanidad y es comienzo de liberación.
     
  2.  Estar presente en el pueblo, ponemos de su parte, acompañando su camino, sus luchas de modo especial explicitando progresivamente el proyecto popular, socializado, fraterno, libre y para todos.
     
  3.  Ayudar al pueblo para que pueda leer su propia situación, entender sus causas e iluminarias a la luz de la Palabra de Dios y de su experiencia cultural, social y religiosa. Es el camino concreto, juntamente con la praxis y pequeños compromisos, para ir reconstruyendo la propia identidad y recrear la cultura.
     
  4.  Acompañar el creciente movimiento popular promoviendo la propia organización del pueblo a través de sus organizaciones, de su capacidad de lucha y de construcción de un nuevo modo de vida.
     
  5.  Promover la participación del pueblo a todos los niveles, mediante el fomento de la capacidad de análisis crítico, toma de decisiones y desempeño de responsabilidades, en el ámbito de sociedad y de Iglesia.
     
  6.  Realizar una auténtica promoción del pueblo, de modo que él sea quien realice su proceso, tenga el protagonismo y construya un nuevo tipo de sociedad. Debe promoverse la promoción y participación activa de la mujer, no sólo desde el punto de vista de su igual dignidad con el varón, sino desde su puesto central en la familia negra.

    Las obras sociales deben ser revisadas y orientadas para que no se queden a un nivel técnico, sino que estén a servicio de la formación del pueblo y de su promoción: Colegios, hospitales, capacitación de la mujer, Cáritas, emisoras de radio, oficinas parroquiales o diocesanas.
     
  7.  Fomentar la conciencia política en una toma de conciencia de su importancia en la actual estructuración social. Promover la formación política con sentido crítico. La conciencia política se va creando a partir de la práctica de la organización y participación popular.
     
  8.  Acompañar coordinadamente el paso del campo a la ciudad, con un servicio pastoral que los prepare para el cambio, los acoja, de modo que puedan mantener su identidad cultural y religiosa. La pastoral debe coordinar las acciones realizadas sobre los dos polos de la migración, el campo y la ciudad.

 

LINEAS DE ACCIÓN

  1.  Analizar la situación, descubrir, de un lado, la opresión y ansiedad provenientes de la estructura del actual sistema capitalista en el momento en que el negro queda absorbido como mano de obra barata en la ciudad, o sus recursos son utilizados en el campo por las transnacionales; de otro lado, los prejuicios y temores provenientes de sus concepciones culturales: el modo de entender la enfermedad, el bien y el mal, y la religión.
     
  2.  El análisis estructural de la realidad debe añadir e integrar la visión de fe, sus propias convicciones y su conciencia, de modo que se fortalezcan la fe y la esperanza en el Dios de la vida.
     
  3.  Apoyar y crear comunidades y grupos de trabajo mediante sus propios modos de reciprocidad, de trabajo, sus líderes, las mingas y las reivindicaciones concretas cuando se dan injusticias: propiedad de la tierra, salud, caminos, transporte, cedulación...
     
  4.  Pasos a dar: detectar los problemas, toma de conciencia y reflexión sobre los mismos, organización de la comunidad, solidaridad y unión con otras comunidades y diócesis para llevar adelante el mismo proceso de liberación.
     
  5.  Requiere de la acción conjunta de la diócesis junto al pueblo y dentro de él; poniendo a disposición de la causa de la justicia sus personas, sus medios, su poder de influencia ante las autoridades y el estado, con la adecuada acción y denuncia.
     
  6.  Actitud y metodología pastoral: los catequistas y pastores deben acercarse al pueblo haciéndose presencia y siendo solidarios de su situación, con un amor constructivo, caminando al ritmo del pueblo, buscando aquellas soluciones descubiertas por el pueblo mismo y de posible realización: esta es verdadera conversión.
     
  7.  Vivir en la pastoral liberadora una espiritualidad guiada por la fe en la presencia de Dios en el pueblo, Dios de la vida y liberador. Con una oración que brota de su misma realidad, de la fe en Dios liberador, y que logre integrar la totalidad del hombre y construya fraternidad. Seguir el camino de Jesús, su compromiso y su actitud de servicio y liberación, no de poder, dominación e injusticia.
    Es absolutamente necesario acompañar la pastoral liberadora con una espiritualidad liberadora.
     
  8.  ¿Qué vamos a hacer como Iglesia? Caminar y discernir con el pueblo. Aquí deben integrarse los pastores y agentes de pastoral.

    Aceptar los inevitables conflictos y posibles fracasos inherentes al camino de Jesús.

    Caminar en la paciencia, la fe y la esperanza del pueblo, presencia de Dios en él, garantía de fidelidad a Dios que viene con nosotros con un futuro mejor.

 

3.5 Formación de Comunidades Eclesiales de Base

Desde la cultura, organización y religiosidad afroamericana.

COMUNIDADES DE BASE

  1.  Sentimos la urgencia que los grupos y comunidades afroamericanos se vayan constituyendo en comunidades eclesiales de base en fuerza de su fe y de su propia organización comunitaria: teniendo en cuenta la reciprocidad, el compartir, su cosmovisión fundamentalmente religiosa, la simbólica y el ritual peculiar de la cultura afroamericana.
     
  2.  Son grupos de personas o familias que con su espíritu de solidaridad e interrelación buscan realizar una vida de fe y amor, celebracion y liberación.
     
  3.  Brotan de una acción pastoral con el pueblo pobre, acción pastoral orientada no sólo a lo religioso, sino que englobe todos los aspectos de la vida. Acción pastoral basada en la Iglesia Pueblo de Dios, en la historia y en la igual dignidad de todos sus miembros. Expresa al pueblo quien así mismo se expresa y se organiza como Iglesia.
     
  4.  Cultivan el espíritu y la actividad de servicio, desprendimiento y del compartir lo que son y tienen. Se manifiestan concretamente en dar y recibir ayuda.
     
  5.  Una finalidad de las actividades de la C.E.B. está dirigida a transformar las propias condiciones de vida y las del barrio o del pueblo en que vive.
     
  6.  La acción y la reflexión sobre la acción dan vida constantemente a la comunidad tanto en la experiencia religiosa como en el compromiso misionero y liberador.

 

COMPROMISOS


 

LÍNEAS DE ACCIÓN


 

3.6 Liturgia y Religiosidad Popular.

Para la comunidad afroamericana, la liturgia debe ser la celebración de su fe en Cristo, mediante gestos y palabras que expresen su vida, sus luchas, su situación, sus anhelos iluminados por la Palabra. Esta liturgia, para que pueda ser expresión de la vida, debe integrar y recoger los elementos válidos de su religiosidad a fin de que estas celebraciones sean en verdad “Fuente y Cumbre” de la vida cristiana.

Constatamos que se da separación entre lo que se celebra y la vida de la gente. El afroamericano celebra “liturgias paralelas” que llenan su vacío de culto y rito, tal y cómo están presentados en la liturgia oficial.
 

COMPROMISOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN

En las liturgias penitenciales y otras celebraciones resaltar los elementos usados por el afroamericano:

Aprovechar el velorio para reunir a toda la asamblea en torno a la Palabra de Dios, integrando el ceremonial afroamericano al de la liturgia.

En los momentos fuertes de la oración, tener en cuenta las devociones populares del afroamericano.

En las celebraciones de los sacramentos y especialmente el bautismo, dado el gran espíritu de alegría y de fiesta del pueblo afroamericano, revisar el ritual para darles toda su importancia.

Es urgente la reformulación de las oraciones del ritual, ya que la actual redacción es incomprensible al afroamericano.
 

CONCLUSIONES

  1.  Revalorizar el sentido de la fiesta y de encuentro comunitario en las celebraciones.
     
  2.  Recoger y valorar los momentos y elementos significativos de la vida de las comunidades y estudiar la manera de integrarlos a las celebraciones.
     
  3.  Recoger la gran variedad de arrullos y cantos tradicionales para introducirlos adecuadamente en las celebraciones, con las adaptaciones necesarias.
     
  4.  Formar equipos que reformulen los actuales rituales y el ritual de la Eucaristía, ya que sus textos son incomprensibles.
     
  5.  Integrar y adaptar la liturgia y la religiosidad popular del afroamericano para que éstas verdaderamente cuestionen la vida y contribuyan a vivir realmente según criterios cristianos.
     
  6.  Promover la reflexión teológica, junto a la reflexión antropológica, sobre los aspectos que brotan de su cultura para los sacramentos y los pastores impulsen y respalden las adaptaciones litúrgicas.

 

3.7 Pastoral Juvenil
 

DEFINICIÓN Y CONTENIDO

La pastoral juvenil, pastoral de concienciación, animación y alegría, referida a Cristo vivo y liberador, acompaña al joven a fin de que descubra su ser (identidad) afroamericano, pueda optar cristianamente y ser agente de cambio, protagonista de su historia y transformar las actuales estructuras sociales injustas en su propia sociedad y en la Iglesia.
 

COMPROMISOS


 

LÍNEAS DE ACCIÓN


 

III ENCUENTRO DE PASTORAL AFROAMERICANA DE LA COSTA DEL PACIFICO

 

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