De:Amparo Diaz (PNUD)
El: Viernes, Diciembre 02, 2005 4:51 PM

115 postulaciones recibidas para el Premio Nacional de Paz 2005
Colombia muestra sus alternativas de paz

(Bogotá, diciembre 2) Después del estudio y análisis del jurado, una de las 115 postulaciones recibidas en esta séptima edición recibirá el próximo 5 de diciembre el Premio Nacional de Paz 2005. Durante el proceso de deliberación para escoger la iniciativa ganadora los miembros del jurado resaltaron la calidad de los proyectos participantes. Este año la participación por departamentos y regiones aumentó con respecto al año anterior, destacándose Cundinamarca y Bogotá, con 27 postulaciones; Antioquia, con 15; Valle, con 13; Bolívar y Boyacá, con 7, y Caldas, con 9. Los proyectos presentados a la convocatoria no sólo se adelantan en zonas urbanas, sino también en áreas rurales, muchas de ellas en los lugares más apartados de la geografía colombiana.

El trabajo por la paz no se limita únicamente a la resolución del conflicto armado y la convivencia, sino que se alimenta además de otros componentes que contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida y desarrollo de las comunidades. En este sentido, este año se observó que los proyectos educativos, culturales, productivos, agrícolas, de economía solidaria, resocialización de jóvenes y niños, desarrollo comunitario, medio ambiente, atención a desplazados, derechos humanos y participación articulan la paz de manera integral.

Tal como estipulan las bases del Premio, las iniciativas y proyectos postulados tenían como mínimo dos años de existencia. Por lo tanto, es claro que su sostenibilidad en el tiempo se demuestra a través de logros y acciones concretas, que superan las dificultades económicas y adversidades producto del conflicto armado. En cada municipio, departamento o región la violencia tiene expresiones particulares, y las comunidades que se ven afectadas por éstas hacen uso de su recursividad para encontrar soluciones y alternativas a los problemas que los afectan directamente, y que se ven obligadas a solucionar por sus propios medios sin tener, en la mayoría de los casos, apoyo estatal. La suma de estos procesos localizados, en los que la innovación es una de sus características más resaltables, puede tener un efecto multiplicador en todo el país.

Cada uno de los protagonistas de estas iniciativas emprende sus acciones por al paz de diversa manera. Niños y jóvenes adelantan sus proyectos a través de expresiones artísticas y culturales; los educadores orientan la enseñanza a la búsqueda de mecanismos alternativos de solución de conflictos; las mujeres demuestran un nivel de organización y de autogestión cada vez más efectivo; los indígenas siguen defendiendo pacíficamente su territorio y su cultura ancestral; a partir de su identidad, los afrocolombianos fortalecen sus organizaciones e impulsan el desarrollo; la Iglesia fomenta la educación y los derechos humanos, así como brinda atención humanitaria; los desplazados reestablecen sus actividades socioeconómicas; y los campesinos emprenden proyectos productivos y agrícolas, aprovechando sus recursos naturales, pero respetando el medio ambiente.

No sólo quienes han sido víctimas civiles del conflicto presentaron propuestas para la paz, también se destacan proyectos de ex combatientes que desde las cárceles han reorientado sus acciones hacia la convivencia y resolución de conflictos. Tal es el caso de las Mesas de Trabajo por la Paz que se desarrollan en las cárceles de Picaleña (Tolima) y Bella Vista (Antioquia).

Algunos de estos actores lograron el apoyo internacional, lo cual ha sido una contribución decisiva para el éxito de los mismos, y además para ser visibilizados tanto nacional como internacionalmente. También se evidencia que en algunas regiones del país la cooperación interinstitucional ha sido clave para la permanencia de los proyectos comunitarios a pesar de las amenazas que han recibido, así como la presencia y apoyo del sector privado.

La calidad y especialización presentes este año en las postulaciones hacen parte de un proceso que comenzó en 1999, y que ha mostrado a través de los ocho ganadores del Premio Nacional de Paz la existencia de una movilización que se fortalece con el tiempo, y que queda demostrada en las 1.182 postulaciones que se han enviado durante los últimos siete años.

El jurado está compuesto en esta oportunidad por Augusto Ramírez Ocampo, Jorge Orlando Melo, General (r) Manuel José Bonett, Cristina Lleras, Ana Teresa Bernal, Rodrigo Gutiérrez, Padre Darío Echeverri y presidido por Juan Luis Mejía.

La entrega del Premio Nacional de Paz 2005 se realizará el próximo lunes 5 de diciembre en el auditorio del Museo Nacional, y contará con la presencia de los ganadores, así como los directores de medios de comunicación y entidades que convocan el premio: El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, El Tiempo, El Colombiano, Caracol Radio, Caracol Televisión, la Revista Semana y la Friedrich Ebert Stiftung en Colombia –Fescol-. El ganador recibirá la suma de 60 millones de pesos y un diploma de honor.

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