GRUPO DE REFLEXIÓN TEOLÓGICA NEGRA
«GUASÁ»
2. CONSTATACIONES DESDE LA VIDA RELIGIOSA
3. HACIA UNA VIDA RELIGIOSA AFRO
3.1 EN LA BASE DE TODA VIDA RELIGIOSA
3.1.1 El seguimiento a Jesucristo
3.1.2 Vida en comunidad / Vida fraterna
3.1.3 Compromiso apostólico concreto, claro y definido
3.1.2 Vida en comunidad / Vida fraterna
3.2 LA EXPERIENCIA DE VIDA RELIGIOSA DE JESÚS
3.2.1 Crecimiento personal de Jesús
3.2.2 Su responsabilidad y misión
3.2.3 En la construcción del Reino
3.2.4 Dimensión contemplativa de Jesús
4.2 COMPROMISOS COMO RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS AFROAMERICANOS/AS
INTRODUCCION
Afirmar nuestra identidad como religiosos-as afro es un camino por hacer. Necesitamos muchos momentos de reflexión para clarificar algunos conceptos, que aún cuando se sienten como propios de la Vida Religiosa no afirman todavía nuestra identidad de Hombres y mujeres afroamericanos-as. En este caminar, se puede comenzar a hablar de elementos, reconociendo que es una necesidad el encontrar una forma de hablar de nuestra realidad que sea equilibrada, que nos identifique, afirme y valore como hombres y mujeres negros-as, religiosos-as afrodescendientes. De hecho todo este proceso está en construcción.
Partimos de unas consideraciones históricas, convencidos de que es nuestra propia historia la que nos va a ir develando lo que somos y nos ayudará a perfilar nuestro futuro. Consideramos también, algunos aspectos de la historia con respecto a la Iglesia y a la Vida Religiosa como momentos que nos permiten reconocernos y proyectarnos con más elementos a la construcción de una Vida Religiosa afroamericana. Por lo tanto, veíamos necesario plantear en este trabajo los fundamentos de toda Vida Religiosa, refiriéndonos muy especialmente a la persona de Jesús, desde donde se puede comprender mejor la fraternidad, el trabajo apostólico y el sentido que intentamos dar a nuestras vidas y comunidades. Pasamos así, a construir una propuesta que será de mucha utilidad para todos-as hombres y mujeres afro que están ya comprometidos o inquietos-as por la Vida Religiosa, en medio de nuestras comunidades.
Ojalá que estas líneas, propositivas por cierto, nos ayuden en la necesaria toma de conciencia como religiosos y religiosas afro descendentes.[3]
1. CONSIDERACIONES HISTORICAS
"Las personas negras presentes en América Latina y el Caribe, con muy pocas excepciones, llegaron en calidad de esclavos/as".[4]
Este es un rotulo, que en la dinámica social, política y económica de nuestros países ha hecho del pueblo negro un objeto. Progresivamente se ha minimizado el SER NEGRO/A, considerándolo siempre pobre entre los más pobres.
El haber sido esclavos/as, nunca fue asumido por el pueblo negro pero le ha marcado de manera tan significativa que se necesita mucho tiempo para que negros/as tomen conciencia de esta situación, se sacudan de este peso histórico corrigiendo esa visión negativa que sobre ellos/as recae y sea valorado objetivamente el SER NEGRO/A en América y el Caribe.
Todavía en muchos de nuestros países lo único que se sabe a ciencia cierta sobre las personas negras es que fueron triados de Africa hasta nuestro continente en calidad de esclavos/as.
"El lugar social de hombres y mujeres negras ha sido y sigue siendo en América Latina y el Caribe la periferia, el margen, las situaciones límites".
Esta periferia marginalizante, por no decir deshumanizante, no ha sido sólo geográfica sino también social, política y económica.
Salvo algunos casos como el de Ley 70 en Colombia, una campaña de fraternidad en Brasil, las luchas de los negros/as en los Estados unidos, el surgimiento organizativo del pueblo negro en Ecuador y Perú entre otros pocos, la etnia negra no ha sido aceptada, valorada y reconocida como una etnia capaz de contribuir a la construcción de una nueva sociedad.
"Las conquistas de hombres y mujeres negras a lo largo de la historia de los países de América y el Caribe se caracterizan por una desestabilización de los sistemas dominantes."
Expresiones de todo esto son los palenques en Colombia, los quilombos en Brasil, los Maníes en República Dominicana, Las revueltas contra los amos, las rebeldías en los cañaverales, en las minas y en todos los trabajos que enriquecían a los esclavistas. Sin lugar a duda, esto desestabilizaba y obligaba a crear nuevas estrategias tanto en los que sufrían como en los que con tal deshumanización rehacían sus fortunas.
En muchos de nuestros países se nota hoy una cantidad de pueblos o comunidades que son exclusivamente de y para gente negra, en la mayoría de los casos son reductos de palenques o de grandes minas donde fue posible conquistar una cierta libertad, donde no podían llegar a gobernar, dominar ni imponer sus criterios los colonizadores, en su tiempo fueron espacios importantes de resistencia y por lo mismo de desestabilización en un sistema que se consideraba consolidado.
"Las conquista que la sociedad mestiza acepta y reconoce como logros de hombres y mujeres negras en las universidades, en la política, en el comercio, incluso en el ámbito religioso, han estado enmarcadas o acompañadas de un proceso de negación del ser Afro, proceso de blanqueamiento".
Este proceso de blanqueamiento se manifiesta muchas veces de manera inconsciente, consiste en negarse como persona negra para ser aceptado como "alguien". Por esto hoy encontramos en todos los ámbitos sociales personas negras pero que nunca han aceptado que son tales. Estas personas que no ven más allá de sus propias circunstancias pueden justificarse diciendo que en Colombia o en cualquier País de América o del Caribe no hay racismo. Sobre este tipo de persona no recae ninguna clase de prejuicio racial ya que ha sido moldeada como la sociedad la requiere y a él o ella siempre se le considera una persona negra diferente.
A la persona blanqueada se le toma como individuo y se le obliga a desconocer todo su contexto sociocultural - histórico y comunitario, haciéndole sentir siempre como que ha superado un pasado penoso, el de los negros y negras pobres de estos países, el o ella es ahora un negro "diferente" y por que no "una persona de clase social Alta"
"En los países de América y el Caribe se hacen distinciones de personas por la pigmentación de la piel, desde este punto de vista, tienen mayor aceptación en la sociedad aquellos negros o negras que tienen una pigmentación más clara".
Para estas personas es posible pasar desapercibidas, no identificarse y en la mayoría de los casos uno les ve con un conflicto existencial entre sí son, o no negras/os, lo cierto es, que no se identifican con eso de ser culturalmente negro/a, y muchas veces juegan con algunas cartas debajo de la mesa y en algunos momentos prefieren decir que no son negros/as y aceptan el calificativo de moreno/a o mulato/a.
Muchos de nuestros honorables representantes, gente negra que están en la vida social y política del País, por lo general son gente negra que pertenece a este grupo ("mulatos"), hijos de una persona negra y otra mestiza. La deuda que estos tienen con nuestros pueblos es que nunca han dicho públicamente que son negros, no se han identificado, sin embargo, cuando otros-as reclamamos por la existencia de racismo y discriminación en nuestros países nos ponen a estas personas como muestra de lo contrario.
"Los países de América Latina y el Caribe están llenos de prejuicios contra la población negra que han hecho que el hombre y la mujer negra se identifiquen con muchos de ellos y comience a sentir este peso en sus propias vidas".
No es difícil encontrar negros y negras que aceptan su inferioridad frente a otras personas de la sociedad, quienes aceptan con resignación su estado de pobreza, miseria y marginación. Parece que en este largo caminar histórico cada uno ha aprendido su parte. Los mestizos/as discriminan tiempo completo con gestos, palabras, actitudes. Y, los negros/a no somos capaces de revelarnos para corregir estas actitudes tomando conciencia suficiente de nuestro ser de hombres y mujeres negras. Queda así planteado un desafío histórico por resolver.
Tanto nuestra Iglesia como la cultura dominante (occidentalizada), piensan y creen de nosotros/as lo que conviene a sus interés: Creen que somos incapaces intelectualmente, que no sabemos manejar nuestra afectividad, que somos indecisos/as, resentidos/as e irresponsables. Esta lectura se hace sin tener en cuenta que las ambigüedades son propias de todo ser humano y que todos, negros, blancos, indigenas, amarillos y mestizos, vivimos en esa tensión de la que nos habla el apóstol Pablo: "Hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que quiero" (Rm 7,19), lo peor es que estos defectos de todo ser humano se tienen en cuenta cuando se trata de una persona afro.
"Negros/as, se les ha considerado minoría en América Latina y el Caribe, cuando en realidad son mayoría. Hoy están a lo largo y ancho de todos lo Países de América Latina y el Caribe".
Esto implica que todas las estructuras sociales tengan que aprender a coexistir con personas negras como agentes y partes constitutivas de lo que estas sociedades son y desean ser en el futuro. De este modo, no se puede, desde ningún punto de vista, seguir ignorando nuestro aporte, nuestra presencia y participación. Negros y negras reclaman ser sujetos en estas sociedades que han ayudado a construir.
2. CONSTATACIONES DESDE LA VIDA RELIGIOSA
"Han habido hombres, mujeres y circunstancias en la Iglesia y en la Vida Religiosa que han estado al lado del pueblo afroamericano".
Es el caso de San Pedro Claver, sj. Alonso Sandoval, sj. San Martin de Porres, San Benito, Of. Fray Juan de Cruz, (Agustino). Anurite (Hna. De la Sagrada Familia), entre otros hombres y mujeres que con muy buena voluntad y descubriendo a Jesús donde muchos no lo ven, intentaron testimoniar al Dios Vivo en medio del Pueblo negro de su tiempo y de todos los tiempos.
Hay que decir que en muchas ocasiones la única voz de aliento, de consuelo y de acompañamiento que tuvo el pueblo negro fue las que salían de religiosos y religiosas que comprometidos con los más pobres han visto en negros y negras una posibilidad de desarrollo de su vocación misionera. Han hecho presencia con programas de asistencia social y catequesis piadosas a nuestras comunidades.
"Tanto la Vida Religiosa como la Iglesia han marginado a las personas negras".
Respondiendo a circunstancias históricas o coyunturales de la época, la Iglesia y las comunidades religiosas han marginado a las personas negras, teniéndolo en sus servicios como esclavo, en sus haciendas, en muchas ocasiones se nos ha visto incapaces de llevar acabo compromisos concretos y de hacer opciones de vida. No se nos ha ofrecido la VR como camino de realización personal y comunitaria, ya que siempre se ha pensado que no respondemos a las exigencias y compromisos propios de la Vida Religiosa.
Desde el tiempo de la esclavitud se pensaba que todo lo que venía del pueblo negro era malo. Esta diabolización de la cultura negra abarcaba todos los aspectos de la vida. Especialmente el aspecto espiritual. Así fue como el cristianismo pudo perpetuarse como la única religión valiosa. portadora de la verdad absoluta cerrándose al diálogo con la rica experiencia espiritual que traían nuestros antepasados. La Iglesia Católica se encargó de inferiorizar todo lo nuestro, y se auto proclamó poseedora de la verdad absoluta, negándose un proceso de construcción colectiva.
La Iglesia como la Vida Religiosa han defendido siempre "la verdad", "la uniformidad", "una monocultura", " el monoteísmo", "el legalismo", "el estatismo social, en sus prácticas litúrgicas, sacramentales comunitarias, en la teología..."
Todo esto le ha impedido abrirse a lo distinto, inculturarse hacer nuevas experiencias, crear una nueva propuesta de VR.
Ha habido un ambiente de intolerancia dentro de la Iglesia Católica y las distintas congregaciones e institutos de VR, a lo diferente, a lo nuevo y alternativo, al pluralismo y la diversidad
"Cuando hablamos de inculturación de la VR, aceptamos de entrada que no se trata de una aculturación, tampoco de una adaptación cultural y menos de una piadosa admiración de los valores culturales de otros grupos humanos, esto sería una valoración mediocre y pobre del otro y una sobre valoración de la propia como lo autentico, lo único y aquello que da sentido"[5]
"Tanto la Iglesia como la VR tienen deudas históricas e irreparables con el pueblo negro, oprimido y empobrecido de América Latina y el Caribe".
Es sabido que había en América Congregaciones e Institutos cuando negros/as eran esclavizados y consintieron con tal sistema tan injusto y opresor considerado hoy como el peor de los etnocidios.
La miseria y la marginación han andado campantes en todas nuestras comunidades a lo largo y ancho de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe y la Vida Religiosa no ha priorizado su trabajo con los Negros siendo estos considerados "pobres entre los más pobres"
En la situación particular de Colombia, donde se considera el segundo país con el mayor número de afrodescendientes después de Brasil en latino América, son muy pocas las congregaciones que tienen directamente un trabajo entre el pueblo Negro.
3. HACIA UNA VIDA RELIGIOSA AFRO
3.1 EN LA BASE DE TODA VIDA RELIGIOSA
Se sugieren a continuación tres aspectos que se consideran fundantes o constitutivos de toda Vida Religiosa, posiblemente nos permita aclararnos y ver más en profundidad aquello que queremos proponer.
3.1.1 El seguimiento a Jesucristo:
No es otra cosa que seguir el Evangelio, que es el modo como Jesús se va identificando con Dios Padre en una propuesta de Reino que tiene unas opciones muy claras y es lo que debe mover a toda persona cristianamente bautizada. En este seguimiento intentamos con la persona de Jesús, su propuesta, su vida y misión dar sentido a nuestra vocación religiosa misionera.
Esta experiencia de Jesús en nuestras propias vidas consiste en caminar con Él, estar junto a Él, Identificarnos con su misión y proyecto. De esta manera se convierte nuestro seguimiento en experiencia de Dios, que tiene que ser desde la perspectiva cristiana
3.1.2 Vida en comunidad / Vida fraterna:
Un grupo de personas de distintas comunidades, culturas, naciones deciden libres y voluntariamente, movidos por el compromiso cristiano unirse para formar una comunidad. Con características muy particulares, ya que el sello de identidad viene dado por la compenetración con ese gran maestro de comunidades Jesús de Nazareth.
Esta comunidad sale de la gran comunidad, la Iglesia, se convierten en signos de esperanza y de testimonio, donde se sigue radicalmente a Jesús, sintiendo que es posible unirse, orar juntos, trabajar juntos, amarse, y en últimas ser comunidad de hermanos o comunidad de hermanas, aún cuando, el ideal sería ser comunidad fraterna de hermanos y hermanas.
3.1.3 Compromiso apostólico concreto, claro y definido
" Una acción sin proyección es un sueño, Una proyección sin acciones carece de sentido, una acción con proyección puede cambiar el mundo"[6]
El compromiso apostólico concreto y definido conocido como carisma es parte fundamental de nuestro servicio misionero, aquí se concretiza nuestro seguimiento a Jesús y la razón de intentar vivir juntos. Esta acción/es en común plenifican el sentido de nuestras vidas. Esta es nuestra manera específica de seguir a Jesús ya que El nos desborda. Algunos prefieren la dimensión misionera de Jesús, otros la dimensión orante de Jesús, otros la dimensión solidaria, compasiva, curativa de ese mismo Jesús que todos intentamos seguir.
3.2 LA EXPERIENCIA DE VIDA RELIGIOSA DE JESÚS
Siendo el seguimiento a Jesús parte fundante de nuestro ser de religiosos y religiosas vale la pena dar una mirada a su experiencia constatada en la Biblia.
3.2.1 Crecimiento personal de Jesús:
Jesús a quien seguimos y nos compromete se convierte en el modelo de todo ser cristiano, con el bautismo nos hacemos parte de Él, su vida entonces, es para nosotros fuente de inspiración.
Los treinta años de Jesús de los que casi nadie da razón de su vida, son iluminadores para nosotros hombres y mujeres afro. Estos años son los que Jesús permanece en la insignificancia, al lado de María y de José, crece en dignidad y edad (Lc 2,39-40). Este tiempo es de encuentro consigo mismo, con su comunidad, con su cultura, con sus valores tiempo en que se es niño, adolescente y más tarde adulto y persona responsable y de preparación para el bautismo.
3.2.2 Su responsabilidad y misión:
En Jesús el Bautismo es un momento cumbre, definitivo, a partir de este se lanza, se siente llamado por Dios, para una misión muy concreta:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a anunciar a los pobres la buena nueva, a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". Lc 4,18-19.
Se encuentra en el texto todo el proyecto de vida de Jesús, que puede ser también nuestro proyecto en la medida en que nos consagramos en el seguimiento a Jesús y asumimos todas las implicaciones de tal donación, de esta entrega.
3.2.3 En la construcción del Reino:
Más que construirlo es manifestarlo para lo cual Jesús llama a unas personas muy concretas les llama para formar una comunidad, les llama para que se unan en la realización de ese gran proyecto. Esta comunidad que forma Jesús tiene características muy particulares.
Mt 4,18-22; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11; Mt 9,9; Mc 2,13-14; Lc 5,27-28. Es la llamada de los cinco primeros discípulos de Jesús y se puede notar como hay una llamada explícita de Jesús "vengan conmigo", "Sígueme" (Mt 1,19).21.9,9; Mc 1,17.19; 2,14) por otro lado, hay una propuesta concreta " los haré pescadores de hombres" (Mt 4,19; Mc 1,17; Lc 5,10b). De igual modo hay una respuesta radical de los Llamados, "dejándolo todo lo siguieron" (Mt 1,20). 22. 9, 9b; Mc 1,18.20. 2, 14b).
Entre la llamada de los primeros cuatro discípulos y la de Levi y antes de la institución de los doce aparecen una serie de relatos: curaciones, milagros y enseñanzas con los cuales también Jesús iba convenciendo a mucha gente o después de tales beneficios o escuchas la gente seguía a Jesús; de estos quisiera destacar Mt 8,14-15; Mc 1, 29-31; Lc 4, 38-39. Se tratas de la curación de la suegra de Pedro, a quien la fiebre la dejó y ella se puso a servirle y así muchos otros casos, este servirle es una forma de seguirle.
De toda esta gente es que Jesús entonces, elige los doce (Mt 10,1-4; Mc 3,13-19; Lc 6,12-16) se puede notar como Jesús los llama para que estén con él y para ser enviados a predicar con poder de expulsar los demonios, sanar toda enfermedad y toda dolencia.
3.2.4 Dimensión contemplativa de Jesús:
Según el testimonio que encontramos en la Biblia, Palabra de Dios, los momentos fuertes y decisivos de la Vida y obra de Jesús, están precedidos de un fuerte momento de reflexión solo o acompañado con esos amigos-as que había escogido para que conocieran su proyecto y estuvieran más cerca de Él., esto era un alto en el camino, una confrontación consigo mismo y con el ser supremo a quien nos va a enseñar a llamar Papá ( Rm 8,15; Gal 4,6) Al respecto puede verse Mt 4,1ss, es el tiempo de Jesús en el desierto como un tiempo en el cual Jesús decide sobre lo que será su anuncio del Reino; el gesto de invitar a sus amigos-as a un lugar aparte (Mt 20,17; Mc 10,32ss; Lc 18, 31), subir al monte solo o acompañado de sus amigos y amigas fue otro de esos momentos de Jesús que para nosotros hoy son bastante significativo (Mt 14,23; Mt 17,1; Mc 9,2; Lc 9,28).
UN BREVE COMENTARIO
En primer lugar es de notar que estos a quien Jesús llama y después escoge, es con ellos con quienes forma su comunidad primitiva, llamada la comunidad apostólica y que para nosotros puede ilustrar mucho cuando queremos hablar de la VR. Encontramos en esta primera comunidad el paradigma de toda comunidad cristiana, se necesita ser llamado/a, compenetrarse con Jesús y ser enviados a tareas muy concretas, entre ellas proclamar que el Reino de los cielos está cerca. De manera más concreta le encontramos expresada en los Hechos de los Apóstoles. (Hch 2,42-47. 4,32-35).
En segundo lugar, es de notar que Jesús llama a distintas personas de distintas posiciones dentro de la sociedad; pescadores, cobradores de impuestos, enfermos, amas de casa, hermanos, publicanos. En pocas palabras, la comunidad de Jesús está formada por hombres y mujeres de distintas condiciones sociales, distintos pueblos y culturas pero con una sola misión: "anunciar que el Reino de Dios está cerca", con acciones y testimonios muy precisos.
Siendo nuestra tarea seguir a Jesús es de vital importancia para negros-as hoy acercarnos cada vez más a su practica, que en últimas es la que pueden dar calidad a nuestro ser religiosos-as afroamericanos-as. El acercarnos a la persona de Jesús, su propuesta, su vida, su resurrección, nos inspira como hombres y mujeres negros-as religiosos-as a estar más con nuestras comunidades e ir creando nuevas formas de vida. Esto implica conocernos y acercarnos más entre nosotros mismos e ir descubriendo aquello que en profundidad somos y tenemos, nuestra identidad, nuestra propia cultura, nuestras tradiciones matizadas por nuestra espiritualidad de pueblos afrodescendientes.
4. UNA PROPUESTA PARA HOMBRES Y MUJERES NEGRAS QUE SON O DESEAN SER RELIGIOSO/A
4.1 TOMA DE CONCIENCIA DESDE LA VIDA RELIGIOSA
La vida, historia y cultura de nuestros pueblos tiene que seguirnos evangelizando por eso es necesario, hoy más que nunca, tomar conciencia de lo siguiente:
Ø La intolerancia vigente
No podemos negar que vivimos en una sociedad que es incapaz de convivir con lo diferente, realidad que se hizo presente desde el tiempo de la conquista y la colonización de la que hemos sido victima no se ha eliminado hasta el día de hoy. Esta misma situación de intolerancia se vive en la Iglesia Católica y en los Institutos y Congregaciones religiosas
Ø Falta compromiso radical y definitivo de la Iglesia para con el pueblo afro de América Latina y el Caribe
No es un secreto que la Iglesia no asumió una posición clara frente a la esclavitud - se puede decir, que su silencio la hizo cómplice de todos los atropellos que se cometieron. Más aún, muchos de estos fueron justificados por hombres y mujeres de la Iglesia utilizando la misma Palabra de Dios.[7]
Nuestra Iglesia tiene una deuda histórica con respecto al mundo negro, y este atropello sigue siendo vigente en la Vida Religiosa donde hombres y mujeres negras se ven obligados/as a despojarse de su ser negro, para pertenecer a los institutos y congregaciones religiosas.
Ø Existe una subvaloración de la persona negra
Ha habido una serie de imposiciones, castrantes por cierto, que tienden a reducir nuestro ser de negros/as a ciertos elementos culturales como la danza, el ritmo, el deporte, la fuerza, negándonos otros aspectos que son constitutivos de nuestro ser y de nuestra identidad, como son: espiritualidad, nuestra sabiduría, nuestra manera de ver la vida, nuestra capacidad de lucha y de sobrevivencia, entre otros. Estos aspectos nos permitieron y nos permiten resistir con dignidad a los embates del racismo y de la segregación y la exclusión de que hemos sido víctimas.
La actitud de rechazo todavía se manifiesta en nuestras comunidades cuando nosotros y nosotras intentamos manifestar nuestras expresiones espirituales y no son aceptadas ni respetadas.
Ø Es necesario renovar la Vida Religiosa
El estilo de Vida de la Mayoría de las Congregaciones en América y el Caribe esta tremendamente marcada por la cultura occidental. Somos conscientes de que la mayoría de las congregaciones fueron fundadas en Europa o por europeos/as. Sin embargo, este hecho no debe justificar el atropello que su estilo de vida impone sobre las personas nacidas de culturas diferentes, en particularmente las personas negras.
El ideal de VR propuesto por Jesús no es incompatible con ser negro/a.. La VR, como sentido, opción de vida y signo entre los pueblos y la Iglesia, es compatible con cualquier cultura, ya que fundamentalmente es un llamado evangélico (Lc 4,18-21), y el evangelio no es culturalmente excluyente, es el mismo Jesús quien nos invita a vivir desde su proyecto alternativo de vida, una vida en abundancia (Jn 10,10), a optar por la liberación de nuestros hermanos y hermanas que siguen viviendo situaciones infrahumanas bajo un sistema opresor y dominante desde hace 500 años. Si se pierde esto de vista estamos perdiendo la legitimidad del Evangelio de Jesús que nos invita a vivir desde nuestra propia dinámica en la vida religiosa. Somos diferentes, pensamos diferente, tenemos sueños diferentes, luego, nuestra esperanza y confianza en el Dios de la Vida debe ser diferente. El derecho a ser diferentes es un mandato del mismo Jesús (Lc 9,51-56), es un elemento importante para la liberación social y personal (Jn 4,1-12) ¿ Cuántas veces este derecho ha sido violentado por unos parámetros de formación que no respetan las diferencias y buscan la homogeneización del grupo? A veces conscientes o inconscientes aceptamos vivir estos estereotipos, como un mecanismo de sobre vivencia dentro unas estructuras donde se nos margina y se nos discrimina.
En América Latina y el Caribe vivimos un mestizaje fuerte, pero este mestizaje no significa falta de identidad, más bien es el desafío para nosotros/as asumir nuestro ser de hombres y mujeres afro con dignidad en la vida religiosa.
4. 2 COMPROMISOS COMO RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS AFROAMERICANOS/AS
Es cierto que la Vida religiosa afroamericana está apenas dando sus primeros pasos. Es necesario que estos sean firmes, conscientes y definitivos en esta nueva construcción, para ello es decisivo el compromiso y la actitud que como hombres y mujeres afrodescendientes vamos tomando desde la Vida Religiosa, a saber:
Para nadie es un secreto la vida y las múltiples situaciones críticas que vive hoy el pueblo negro en América Latina y el Caribe de hambre, marginación, pobreza, falta de oportunidades y a lo que se suma, el desplazamiento, la guerra y la violencia. Estas situaciones han movido y conmovido a la Iglesia en todos los tiempos, pero hoy requieren un compromiso particular de nosotros/as Religiosos y religiosas afrodescendientes, quienes estamos llamados a hacer propuestas de cambios para que esta responda a las grandes exigencias del evangelio y a las necesidades de todos y cada una de nuestras comunidades.
Aceptarnos como negros y negras significa conocer y profundizar nuestra historia e identificarnos con ella, nuestra cultura es parte importante de nuestra identidad, no puede ser desconocida porque sería desconocer aquello que da sentido a nuestro ser, es decir, nuestra espiritualidad, nuestra sabiduría, etc., Es por eso que, en este caminar de búsqueda y de reafirmación de nuestra identidad, se hace necesario hacernos las siguientes preguntas y hacer el esfuerzo por responderlas: ¿De dónde vengo?,¿ Quién soy?,¿ Para dónde voy?, ¿ Por qué soy?. Las respuestas a estas preguntas nos permite entrar en diálogo con nuestra cultura y de esa manera salir de la clandestinidad y expresarnos con libertad.
La lucha por la identidad se vive en la cotidianidad y casi nunca hace uso de la violencia, hay maneras de expresarnos y distinguirnos sin herir ni atropellar, ni permitir que nos atropellen. Esta manera exige estar muy seguro/ra de lo que soy para valorarme, quererme, y sentirme orgulloso de lo que soy.
Por esta razón se hace necesario para hombres y mujeres afro, buscar elementos de nuestra cultura que nos ayuden a fortalecer nuestra identidad en la vida religiosa.
Para nosotros religiosos/as afro es necesario y deber de conciencia seguir reivindicando, desde la resistencia, el derecho a ser diferentes en nuestras congregaciones respectivas, Optar por la VR no implica optar por la cultura occidental. Al respeto es necesario hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para ir definiendo nuestra propia espiritualidad, nuestra propia manera de percibir y relacionarnos con Dios...
Es necesario desentrañar sobre que base los demás nos han ido determinando social y comunitariamente y hasta que punto e creído y asumido tales prejuicios.
Como religiosos/as afro debemos averiguar si el proceso de formación que hemos seguido en nuestras congregaciones y seminarios ha tenido en cuenta el rostro, la cultura, los valores culturales y personales de sus diferentes miembros. Ya que en la mayoría de los casos descubrimos, una VR uniforme y homogeneizante, donde todos/as los/as hermanos/as son iguales, aunque en la práctica no se puedan negar las practicas que cada día son visibles. Él llamarnos hermanos y hermanas no borran las desigualdades que se viven en la vida religiosa por diversos motivos entre los cuales está el manejo de poder y el juego de roles en que estamos inmersos.
5. A MANERA DE CONCLUSION
¿Será posible ser religioso y seguir siendo hombre y mujer negra? Esa pregunta es un reto que se le plantea a la misma Iglesia, pues ella necesita con urgencia Concientizarse para que el pueblo negro haga parte de ella, respondiendo al llamado de Dios, pero como afroamericanas/os y caribeños/as, sin que la respuesta sea causa de alienación, sino más bien nos permita vivir nuestra espiritualidad y afirmarnos como hombres y mujeres diferentes, amados por Dios Padre y Madre que nos acompaña en este caminar.
El nos escoge desde lo que somos, conscientes de nuestra realidad de hombres y mujeres afro con todas nuestras cualidades y limitaciones para que seamos religiosos y religiosas sin dejar a un lado nuestra identidad. Todo lo contrario, si miramos los momentos de la historia de Salvación, se constata cómo Dios se deja encontrar por el hombre y la mujer, surgiendo de ese encuentro un compromiso liberador por parte de Dios, que afecta la existencia de los encontrados/as (Mc. 3,13-15). Este encuentro con el Dios liberador se sigue repitiendo en nuestro caminar histórico.
Dios liberador nos invita a reafirmar nuestra identidad para que seamos sujetos activos en su proyecto liberador. En el libro de Éxodo (Ex 3,1ss) nos encontramos con Moisés, quien es el mediador de la acción liberadora de Dios para el pueblo de Israel. Pero el ser mediador le exige un proceso de cambio para encontrase con Dios y con sus raíces, lo que no es posible cuando Moisés se encuentra todavía vinculado a las estructuras del poder y de la opresión representada por el faraón y todo lo que significa el palacio.
Hombres y mujeres afro que hemos optado por la vida religiosa muchas veces vivimos situaciones parecidas a la de Moisés, pero a la inversa, salimos de nuestra realidad por lo general marcada por la pobreza, marginalidad, por las luchas, la resistencia a miles y miles de obstáculos. Entramos a la Vida Religiosa y se nos olvida nuestra gente, nuestras raíces. Aquí juega un papel fundamental la formación que hemos recibido o que se nos brindado, porque en últimas se nos ha llevado a descontextualizarnos, desplazándonos y ubicándonos en un estado de vida que aliena e incluso deshumaniza, de ahí la responsabilidad nuestra de evaluar estos sistemas de formación y aportarles nuevas visiones desde lo que somos.
La mayoría de nosotros hemos sentido el llamado de Dios precisamente porque la realidad de nuestra gente nos inquietaba y buscábamos un espacio donde nuestra respuesta y lucha fueran más evangélicas. Pero la vida religiosa en sus esquemas formativos no permite que el religioso/a afro perdure y afiance su opción.
Nos vemos abocados a tres situaciones:
(1) Asumir el estilo de formación de los acompañantes adaptándonos a él, incluso, negando nuestra propia identidad.
(2) Vivir una realidad de conflicto interior muy fuerte que nos lleva a re-pensar nuestra opción, verificándose el falso postulado que afirma "los afros somos incapaces de vivir el llamado de Dios".
(3) Seguir en la comunidad consciente de quien eres. Por lo que también toca pagar un precio, pues te convierte en la persona señalada, conflictiva, acomplejada, resentida que tiene que trabajar para asumir su ser de afro. como la estructura religiosa lo impone, aún cuando esto implica en algunos casos autenticidad.
Dios nos llama a vivir una vida integral. A superar la dualidad. Tenemos que ser verdaderamente afro para poder responder con eficiencia y coherencia al llamado gratuito de Dios y convertirnos en agentes liberados y de liberación para nuestro pueblo. En este sentido, debemos reconocer que nuestras congregaciones nos proporcionan un apoyo insubstituible.
Para terminar, es necesario decir que siendo honestos/as tenemos que tener en cuenta que no hemos sido siempre conscientes del papel que podemos desempeñar en la Vida Religiosa, es decir ampliar la estructura, recrearla, modificarla, hacer de ella un puente abierto no sólo para nuestra etnia sino para otras que viven en situaciones parecidas. Hoy más que nunca es necesario hacer reformas profundas a las practicas de Vida Religiosa vigente, de tal manera, que sean una fuente de vida abierta a todas las etnias, pueblos y culturas.
6. BIBLIOGRAFIA
Ofrecemos a continuación una Bibliografía general a la que están referida muchas de las afirmaciones que hemos hecho y que nos ayuda a ir entrando en el conocimiento de nosotros mismos, de nuestra cultura, historia y sobre todo, a ir aceptando que, Sólo puedo optar cuando soy consciente de quien soy, por qué soy de donde vengo y para donde voy.
BIBLIA DE JERUSALEN. Desclé de Brouwer, Bélgica, 1967.
FINKLER, Pedro. El formador y la formación para la Vida Religiosa. Ediciones paulinas, 1984.
ALVAREZ, BOSCO, GUTIERRES, HEISER, JAVIERRE, PASTOR, SCHLOTER, SEBASTIAN, SYSTERMANS, TABERA. Unidad, pluralismo y pluriformidad en la Vida Religiosa. Instituto Teológico de la Vida Religiosa, Madrid, 1974.
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TERCERA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO. Puebla, México. 1979.
TERCERA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO. Santo Domingo. 1992
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MOSQUERA, Juan de Dios. Las comunides Negras de Colombia, Pasado, Presente y Futuro, 1985.
KLEIN, Herbert S. La esclavitud Africana en América Latina y el Caribe. Alianza América, 1986
AZOPARDO, Idelfonso Gutiérrez. Historia del Negro en Colombia. Nueva América.1986.
CORDOBA, Amir Smith. Visión socio cultural del Negro en Colombia. 1986
ELA, Jean - Marc. El Grito del hombre Africano. Verbo Divino, 1998
NOTAS
[1] Melania Cueto Villamán, dominicana, religiosa del Apostolado y más conocida como Zoila, ha estado siempre vinculada en las causas afroamericanas y caribeña, con una dedicación especial a las mujeres y niño (a) afro descendientes desplazadas en Bogotá. También, ha hecho un gran empeño por una lectura bíblica desde la perspectiva de la mujer, con énfasis desde las condiciones y posibilidades de la mujer negra.
[2] Emigdio, conocido también como "el negro". Sacerdote Religioso de los Misioneros del Verbo Divino. Desde hace mucho rato, se ha preocupado por conocer los procesos de las comunidades negras, especialmente los afro colombianos. Las causas del pueblo negro le apasionan. "Sueña con un futuro y presente Negro y Bonito", un reinado de los excluidos-as de nuestro pueblo. Gran parte de sus reflexiones se deben a una interiorización de su ser como hombre negro, del medio Atrato, chocoano y antioqueño.
[3] Muchas de las reflexiones expuestas en este escrito pueden ser aplicadas o dichas de la misma manera para los indígenas latinoamericano, ya que ellos como el pueblo negro compartimos el ser marginados y empobrecidos a lo largo y ancho del continente, sería bueno no perder esto de vista cuando unos y otros reclamamos justicia para nuestros pueblos. Sea esta también nuestra solidaridad de pueblos hermanos.
[4] Los textos que aparecen a continuación en negrilla y entre comillas, son fruto de las reflexiones que durante algunos encuentros sobre la Vida Religiosa afro y sobre las problemáticas del pueblo negro en América latina y el Caribe hemos ido constatando. Lo aquí planteado lo asumimos como una reflexión propia, no para la discutir, ni justificar. Consideramos que tener estos presupuestos presentes cuando de Negros y Negras se habla en América Latina y el Caribe, ayuda a hacer una reflexión más objetiva.
[5] Este párrafo esta tomado de un escrito que presentamos (Emigdio y Claribel) a la asamblea de superiores Mayores de la CRC en 1993.
[6] Esta frase se encontraba en una fotocopia en la Terminal de buses de Jericó, presidiendo la taquilla.
[7] Al respecto puede verse el mensaje del Papa Juan Pablo II a los afroamericanos, anexo en el Documento de Santo Domingo. Números: 2,4