HISTORIA DEL PUEBLO AFROCOLOMBIANO - PERSPECTIVA PASTORAL CAPITULO 4 ORGANIZACION Y RESISTENCIA
Desde la llegada del africano a Colombia en condición de esclavo, los hombres
y mujeres han buscado de forma individual y colectiva la libertad. Ante la cruel
estructura esclavista, en los puertos de embarque
se lanzaban al mar desde las galeras de los barcos, escapaban de los mercaderes y
compradores, muchas veces las mujeres acudían al aborto provocado para que sus
hijos no nacieran esclavos, pero las mayores formas de rebeldía son el cimarronismo y
la constitución de los palenques. CIMARRONES Y PALENQUES Se le llama cimarrón a toda persona que rechazando la esclavitud escapa de sus amos y se interna en la selva, en las montañas en busca de libertad. Los cimarrones fueron perseguidos con jaurías de perros amaestrados para tal efecto, y si los capturaban los castigaban con mutilaciones o los condenaban a muerte como escarmiento para todos. Los palenques son lugares, escogidos de acuerdo a la topografía del terreno y bien defendido por fosos, trampas y empalizadas, ellos sirvieron no sólo como lugar de entrenamiento, provisión y descanso para la acción de lucha de los cimarrones sino; como lugar de refugio para cuantos deseaban unirse a la causa de libertad. Eran sitios estratégicamente ubicados para la defensa, seguros y con terrenos cultivables. Se llamaban así por estar rodeados de empalizadas, púas envenenadas, fosas y trampas. Los palenques se convirtieron en la realización del proyecto histórico de libertad. A partir de ellos los cimarrones se organizaron creando una nueva forma de vida, una verdadera república independiente desde donde se hacen fuertes con autoridades, organización propia, y trabajan por la conservación de la lengua, religión, música, bailes, costumbres que poco a poco mezclaron con la de los indígenas y blancos según el lugar donde se diera su presencia. El cultivo de la tierra era colectivo, primaba la solidaridad, la herencia cultural y estaban gobernados por autoridades elegidas por las mismas comunidades. Eran estas últimas quienes tomaban las decisiones políticas y militares. Desde allí los cimarrones liberados y armados con herramientas elaboradas por ellos mismos, hachas, machetes, palos y piedras, organizaban ataques contra los esclavistas y autoridades para liberar a sus hermanos y conseguir comida y armas. Sus mujeres los acompañaban y, al preparar la huída, escondían semillas en sus cabellos para la nueva siembra en el palenque. A estos palenques no entraba quien quería,
sólo los doctrineros y personas aliadas. Si era invadido y arrasado por las tropas, los que lograban sobrevivir en el enfrentamiento,
volvían a agruparse y, mientras las
autoridades entraban triunfantes en la ciudad con los
prisioneros llevando en alto la cabeza de los jefes rebeldes, estos ya se habían reorganizado en las montañas en un nuevo
palenque. Así mantenían la lucha por la libertad. EL PALENQUE DE SAN BASILIO Entre los palenques de Colombia, el más significativo es el de San Basilio por haber sido el primer lugar libre de Colombia y de América Latina reconocido por la corona española, se considera heredero de la lucha iniciada por Benkos Biojó en el palenque de la Matuna. Se encuentran referencias históricas de la capacidad guerrera y el liderazgo de Benkos Biojó; atacaba las haciendas dejando libres a los esclavizados, por eso hombres y mujeres se unían con entusiasmo a su ejército. La rebelión se extendió por una amplia zona y Biojó en ruta de guerra se pasea por Cartagena desafiando a los españoles. Los peninsulares le reconocen su poderío militar y buscan una negociación pacífica. Se suspende la guerra y aceptan a los cimarrones libres con la condición de que no reciban más esclavos fugados. El gran Rey Benkos Biojó logra ser reconocido y respetado por los propios cimarrones y los españoles[17]. Mientras era terrible con los soldados esclavistas, en el palenque se transformaba en un gran padre, conciliador, que con inteligencia solucionaba los conflictos internos. En su lucha por la conquista de la tierra, los cimarrones contaron con el apoyo de algunos "doctrineros" como el Padre Baltasar de la Fuente de Turbaco y Tesorero de Cartagena a quien los cimarrones de Sierra María encargan de negociar por ellos ante las autoridades, y viaja a España para presentar su detallado memorial, regresa a la ciudad heroica en 1.692 portando la real cédula, llamada también cédula del perdón, con instrucciones detalladas a favor de las peticiones de los cimarrones[18]. Otro padre fue Miguel del Toro de Tenerife (Magdalena), quien ante la situación en que se encontraban los cimarrones a quienes atendía espiritualmente, entre los años 1780 y 1788, acudió a la audiencia de Santa Fe y por su medio consiguieron libertad y tierra para cultivar junto a la Ciénaga de Santa Marta.[19] En uno de los tantos combates de los cimarrones con el ejército español, los primeros tomaron como rehén a Francisco de Campo, segundo hombre de la expedición española. Las autoridades españolas se vieron forzadas a buscar un arreglo amistoso y se firmó la famosa CÉDULA DE PERDON en el año 1.713. El rey de España les concede la libertad absoluta y la propiedad sobre un determinado territorio donde desarrollar su propia cultura, economía, política, lengua, y religión. Este palenque subsiste hasta hoy. La resistencia de los esclavizados no cesó de manifestarse durante cuatro siglos con levantamientos, rebeldías, inteligencia y organización. En todos los sitios de explotación esclavista se vivieron levantamientos que muchas veces obedecieron a planes que implicaban la acción conjunta y alianzas con los indígenas con el fin de vencer a los blancos explotadores. Otros palenques dirigidos por líderes cimarrones se dieron en:
Santa Marta fue quemada por los cimarrones de la Ramada
en 1.554, en Cartagena intentaron algo similar en 1.621. También se tiene noticia de una
revuelta de serias proporciones que tuvo lugar en el río Saija, en 1821: Los
esclavos quemaron los campos mineros y huyeron al
litoral[20]. EL PUEBLO AFRO EN LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA La lucha de los cimarrones señaló el camino de independencia a Colombia. Hoy no podemos entender la revolución de los comuneros y el movimiento de independencia dirigido por Bolívar si no los alimentamos con la historia de los palenques. Cimarrones, libres y libertos dieron un vivo apoyo al movimiento insurreccional de los comuneros. Una vez firmadas las capitulaciones de Zipaquirá que desmovilizaron el levantamiento, José Antonio Galán inició una intensa campaña por el Cauca, Magdalena y Antioquia ocupando haciendas, liberando esclavos e instigando su rebeldía. En la hacienda La Niña, los comuneros de Tumaco liderados por el negro Vicente de la Cruz siguieron este ejemplo y se levantaron el 7 de noviembre de 1.781. Sofocada la rebelión comunera de Túquerres y otros pueblos del sur de Nariño, el liberto de Barbacoas, Eusebio Quiñones, huyó y se escondió en los montes. Años después salió a combatir con las fuerzas libertadoras cayó en medio de sus filas en la batalla de Genoy. El libertador Simón Bolívar firmó en Trujillo el decreto de "guerra o muerte" entre españoles y americanos el 15 de diciembre de 1813. Poco tiempo después, para atraer a esclavos y libertos, les ofreció la libertad absoluta si se sumaban al ejército de la independencia. Muchos hombres confiaron en esta promesa y se sumaron al ejército del libertador. En la lucha por la independencia sobresale el afrocolombiano José Prudencio Padilla gran estratega de guerra, conocedor del manejo de los vientos. Su aporte fue valioso para el triunfo del ejército libertador en varias batallas. Esperaba, como todos los afrocolombianos, que al ganar la guerra conseguirían la libertad para todos los esclavizados. En un momento de crisis del ejército por falta de recursos económicos y de personal, Simón Bolívar busca ayuda en Haití, primer país afroamericano libre. El entonces Presidente Alejandro Petion le responde positivamente, le facilita personal y pertrecho; a cambio, le pide a Bolívar abolir la esclavitud en Colombia si logra la independencia. El libertador se comprometió con Petion pero no cumplió su promesa. Su traición se hizo visible en el congreso de Cúcuta donde Antonio Nariño, vicepresidente interino de la república y representante del Presidente, hace conocer su propuesta de Manumisión de los esclavos. Puede asegurarse que no hizo mayor esfuerzo para que el congreso aboliera la esclavitud, cambió la libertad absoluta prometida por la " LIBERTAD DE VIENTRE": Los hijos de esclava que naciesen a partir de 1821 alcanzarían la libertad y sólo después de cumplir 18 años y pagar los gastos de su manutención. Además, se estableció que todos los recién liberados debían someterse a la tutela de un blanco que les diera trabajo. Luego de la ley de libertad de vientre,
los esclavistas se idearon otra contra la vagancia, para obligar al liberto
a trabajarles. Cualquier persona blanca que encontrara un negro en la calle, podía acusarlo de vago y
llevarlo a la cárcel. Ahí cualquier rico
pagaba por su excarcelación y el
supuesto liberto era forzado a trabajar en las
haciendas o minas en las mismas condiciones de esclavitud.
[17] RIASCOS, William, Raíces culturales del pueblo afroamericano y caribeño, en AA.VV., Teología Afroamericana y Hermenéutica Bíblica, ed. Kimpres Ltda., Bogotá, 2001. p. 140 [18] Cf. VÁSQUEZ L Miguel A. Las Caras Lindas de mi Gente Negra, Plan Nacional de Rehabilitación PNR, Santafé de Bogotá 1.994, p.11-20. [19] Cf HERNANDEZ, Olga y OROBIO, Ayda. Manual para Delegados de la Palabra en Noanamá-Chocó, Tesis de Grado, Popayán, 1.998, p.28. [20] HUDSON 1964:231, citado en Whitten, Norman E. Jr, Pioneros negros, La cultura afro-latinoamericana del Ecuador y de Colombia, ed. Centro Cultural Afroecuatoriano, 1992, p.51
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