¿DEUDORES O ACREEDORES?

 

Los sueños que no realizamos
son los sueños que nos permiten
volver a soñar.

 

La deuda externa es un mecanismo de dominación que viene desde hace varios siglos y no constituye un problema económico solamente, sino que también es político, ecológico, ideológico, cultural y ligado al intercambio desigual de los países del norte con los países del sur. Esta deuda facilita la fuga de los cerebros y en general el sometimiento de los pueblos que la padecen; es ilegal, e ilegítima y nosotros somos los acreedores: el pueblo colombiano y todos los habitantes pobres del tercer mundo, nosotros a los que el siquiatra argelino Frank Fanon llama los condenados de la tierra. Este paradigma de la deuda externa se debe confrontar, desmitificar desacreditar y finalmente encuadrarla en su dimensión real: La deuda es un mecanismo global de dominación; tomemos a Haití como ejemplo:

En 1804 cuando Haití mediante duros y sangrientos enfrentamientos se independiza de Francia, es condenado a pagar 150 millones de francos a los franceses, (los que habían dicho en 1789 dentro del contexto de la revolución francesa que todos los pueblos del mundo tenían derecho a su autodeterminación, los mismos que habían proclamado los derechos del hombre, los del renacimiento, los de la ilustración, los de la hermosa Ciudad Luz). Deuda que pagó el gobierno de Haití durante más de cien años al cabo de los cuales se endeudo con Inglaterra para terminar de pagar a Francia; hoy tiene una deuda de 1.4 mil millones de dólares con el Banco Mundial la cual sigue jugando un papel importante en la desestabilización del gobierno haitiano y con base en ella justificar la invasión de EEUU y las Naciones Unidas apoyados con soldados del resto del continente americano quienes aplastan cualquier revolución popular amparados en su ejército de paz. ¡NO EXISTE FUERZA DE PAZ! SÓLO EXISTE LA FUERZA DE LA GUERRA. Los imperios no hacen guerras humanitarias, solo hacen guerras contra la humanidad.

Debemos empezar a entender el problema de la deuda no solamente como un problema del Estado colombiano, no solamente como un problema financiero, no solamente como un problema de los economistas como debatíamos en días pasados con la Doctora Paola Andrea Castañeda, joven y brillante contadora de la universidad Santiago de Cali (Cali - Colombia), sino también como un problema, de dominación y de poder como ya lo anoté arriba. Los pueblos del sur como se nos llama ahora haciendo cumplir de ésta manera la profecía descrita en Jeremías 1:14; 4:6b no somos los deudores somos los acreedores. Los pueblos del sur somos pueblos honorables y honrados y ahí es donde nace la trampa en la que estamos atrapados porque si nos plantean que como pueblo tenemos una deuda, empezamos a pensar como pueblo que debemos pagarla.

Pero no nos hemos planteado si la deuda externa es legítima o no, si es legal o ilegal y sucede que ésta no solamente es ilegitima e ilegal sino que además es inmoral. Ilegítima porque tiene sus raíces en la conquista, en la esclavización y en la colonización. Ilegítima porque ha sido contraída entre actores deshonestos y en un marco ilegal. El proceso de acumulación de crédito no va para el desarrollo de los pueblos sino que va en dirección al prejuicio de los pueblos. Tiene que ver con la entrega de nuestra biodiversidad, con nuestra cultura y con el sometimiento de nuestro pueblo.

Los abogados lo saben, ninguna deuda por más legítima y legal que sea puede pagarse a costa de la vida del deudor, y mucha gente está muriendo en América y África; la deuda externa es algo criminal. Debemos cambiar el paradigma, lo que nos permitirá cambiar el discurso que nos hemos dejado imponer; articular nuestro discurso, mostrando que más que deudores somos acreedores. Crear resistencia y alternativas a la deuda y asumir nuestro rol como acreedores y no como deudores que es lo que hemos hecho hasta ahora. Nosotros no somos los que debemos por lo tanto nosotros no debiéramos pagar, pero lo estamos haciendo y a un alto costo.

Las deudas externas de los países del tercer mundo aunque se han pagado ya miles de veces son impagables porque los países del primer mundo necesitan que así sea. Tengamos en cuenta que deuda externa y militarización son una sola cosa, es una sola estrategia del norte contra el sur. La deuda externa es la perversidad del capitalismo llevado al extremo inicuo cuyo único objetivo es el de la ganancia de unos pocos bajo la explotación de los muchos.

En estos momentos el gobierno de Sudáfrica se niega a pagar parte de la deuda externa. Una buena parte de ésta se contrajo dentro del régimen del apartheid de los blancos para encarcelar, torturar y matar a la gente negra. En la matanza de Shaperville en marzo de 1969 en la que sesenta y nueve ciudadanos negros murieron durante una manifestación en contra del apartheid y la de Soweto el 16 de junio de 1976 en la cual setecientos niños fueron asesinados por rehusarse a aprender "afrikaans" la lengua del opresor se utilizó armamento pesado que fue adquirido con prestamos solicitados a los países desarrollados; por estas cosas el actual gobierno negro de Sudáfrica se pone de pie y dice: "NOS ESTAMOS NEGANDO A PAGAR".

Adolfo Hitler en la década del 30 se negó a pagar la deuda que Alemania tenía con los acreedores del resto del mundo justo antes de la Segunda Guerra Mundial, acto que lo consolido como gran líder; Alemania no pagó y para esa misma fecha justo después de la Guerra recibieron de EEUU el Plan Marshall lo que contribuyó significativamente a sacar a Europa de la pobreza en que había quedado después de esta Gran Guerra como se le conoce a la Segunda Guerra Mundial. Hoy por hoy Alemania al lado de Francia son los dos países más elegantes del bien organizado vecindario europeo.

El FMI, el BM y el BID, estos fastuosos y colosales organismos traficantes de pobreza como lo anota mi gran amigo Elías José Pinedo, al haber hecho colapsar la economía Argentina con sus fallidas recomendaciones y ésta no por valentía sino por incapacidad se negó a pagar, debieron bajarle la deuda externa en un 25% y refinanciarla. Hoy Argentina al igual que el ave Fénix resurge de entre las cenizas en la cual la sumieron los destacados economistas egresados de Harvard que son los que manejan estas instituciones.

Decir que un país es inviable si se niega a pagar al BM es una gran mentira. Por voluntad del imperio Cuba no tiene relaciones con el FMI ni con el BM sin embargo en estos momentos es una economía que está creciendo mucho mas que el resto de los países de América Latina muy a pesar del imperio.

Si cambio la categoría de deudor a acreedor debo tener claro que es lo que debo dejar de pagar y que es lo que me tienen que pagar, es aquí donde cobra importancia el conocimiento de la historia, pero no la racista, clasista y alienante que se imparte desde la educación formal colombiana, sino esa otra historia que no nos han contado, y salir de la cobarde complicidad que hemos tenido con nuestra apatía y con nuestra indiferencia. Es necesario crear una gran movilización de las masas que pueda vincular esta iniciativa de deudores a acreedores dentro de las particularidades de cada país de Latinoamérica que se ha incrementado desde la colonia y por generaciones y que solo las comunidades organizadas y realizando grandes movilizaciones pueden detener.

Es importante e imperativo que dentro de la realización de la III Cumbre de los Pueblos a realizarse en noviembre del 2005 en Mar del Plata Argentina en oposición a la IV cumbre de las Américas que organiza la OEA en el mismo lugar y fecha donde se excluye a Cuba que debiera asistir por derecho propio y natural e irónicamente se invita a EEUU de Norteamérica con todos los honores, salga una posición consensuada en este sentido.

La deuda es un drenaje que sufren nuestros países y por esta causa inviables y condenados al atraso. Nuestras naciones no son pobres, pero hemos sido saqueados y robados, hemos sido y estamos siendo cada vez más empobrecidos, y esto se siente en las calles; la mendicidad crece día tras día, especialmente en nuestras grandes y hermosas ciudades. Esperamos articular nuestra lucha sindical a la reparación de nuestros pueblos. ¿Cómo? He ahí un importante he interesante punto de controversia.

Tenemos que abandonar la vieja cultura y adquirir una cultura revolucionaria distinta, de cambio; para lograr esto debemos superar el simple sentido común y la cultura popular ya que son formas esquemáticas y dogmáticas de mirar los problemas. Debemos llegar a otra cultura y a otro sentido común, de lo contrario no avanzamos como pueblo. Debemos adquirir una cultura política para saber que es lo que debemos hacer sin ponernos de acuerdo. EEUU no es una sociedad monolítica, en esta sociedad no es posible poner de acuerdo o desacuerdo a toda la población en la resolución de los problemas, sin embargo como pueblo hasta ahora han logrado resolverlos.

Los trabajadores somos los que producimos la riqueza, somos los que elegimos los gobiernos, y los gobiernos son los que hacen las leyes y políticas que en la mayoría de los casos no van en beneficio de las mayorías. Los trabajadores permitimos dividirnos en diferentes grupos, por religión, etnicidad, sindicatos, cultura, partidos políticos, nos creemos el cuento de los estratos sociales, y hasta asesinamos por equipos de fútbol; nosotros permitimos que nos dividan. El ser humano sufre más por la diferencia, el ser humano sufre más por esta división que los animales, porque los animales no tienen conciencia de esas diferencias y nosotros somos homo sapiens sapiens a mucho honor; ¡semejante honor!.

Es valido reiterar que tenemos que luchar por superar el hambre y la miseria en nuestros pueblos que cada vez son más pobres y miserables, porque cuando una persona tiene hambre, tiene hambre y no conciencia; el hambre y la miseria no producen conciencia, producen hambrientos y miserables; como trabajadores y como pueblo no podemos hacer una apología a estos dos elementos. El hambre puede ser un aliado para la revolución, pero también puede ser un enemigo. Mejorando las condiciones del lumpen proletario puede surgir un revolucionario, pero el ser proletario no genera conciencia por sí mismo. El hambre en un mundo caracterizado por la abundancia no sólo es una vergüenza sino una afrenta en contra de los derechos humanos, en contra de los más elementales principios cristianos, en contra de ese Cristo que necesitamos sea crucificado una vez más.

Del colonialismo salimos todos o no sale ninguno. Solo unidos podemos salir. Si la meta parece imposible, bueno hagámosla posible. Un mundo mejor es posible solo si nosotros lo hacemos posible. Un mundo mejor no solamente es posible sino necesario. Pero para lograr eso hay que erguirse, como lo está haciendo parte del pueblo latinoamericano, para lograr eso debemos todos ponernos de pie, porque a quienes quieren dominar el mundo, el mundo les contesta: ¡RESISTENCIA!

Cinco emporios de la información controlan la información del mundo. Las transnacionales al apoderarse de la información con sus mensajes supraliminales se apoderan del mundo amparados por los gobiernos administradores de las colonias a los cuales nosotros muy respetuosamente llamamos presidentes. Se trata de que la gente sea cada vez más idiota para que no tenga más sueños, para que no tenga más utopías, como la que aquí quiero dejar planteada. Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza; todos sabemos que la pesadilla siempre tiene un despertar; un despertar que aún no nos llega pero que si logramos unirnos como pueblo un día no muy lejano llegará.

Evitemos dos concepciones erróneas. La primera es la de suponer que el imperialismo estadounidense es omnipotente y omnipresente, que lo que Washington dice y hace automáticamente tendrá éxito, y lo segundo creer que la economía de los EEUU es una economía sólida. En cuanto a lo primero ya se está probando con el ALCA; aunque países parias como Colombia firmen este acuerdo, hay otros pueblos en Sudamérica que se han erguido; viril y abiertamente han dicho: NO AL ALCA. Y en cuanto a lo segundo, los Estados Unidos de Norteamérica, financian los enormes déficit de sus cuentas con el exterior emitiendo dólares y no a través de la producción como se le exige a los demás países. El poder es una relación, no una posición estática en una jerarquía organizativa. Solo Dios es omnipotente, solo Dios es omnipresente, nadie más lo es.

Con la firma del ALCA, la OMC, la globalización neoliberal, el FMI, el BM, la eterna deuda externa y los eficientes administradores de colonia, la Casa Blanca viene por todo; viene por la lana, por el telar y por la que teje, y la que teje somos todos, todo el pueblo colombiano incluidos usted y yo ni más ni memos ¿Cómo le parece? La Fundación Gorbachov la cual se reúne una vez al año y congrega en esta reunión a las quinientas multinacionales más grandes de la aldea global, de las cuales trescientas son norteamericanas, llegó a una brillante conclusión consistente en que estas quinientas multinacionales pueden mantenerse con solo el 20 por ciento de la población mundial, es decir está sobrando el 80 por ciento de los seis mil millones de seres humanos. Si usted cree que un día usted despertará y el capitalismo habrá acabado con todos sus problemas, pues no lo siga creyendo ya que provocar una guerra para acabar con parte de la población es una posibilidad que aunque perversa y diabólica ya ha sido contemplada.

Y si usted lo pone en duda lo invito a que recordemos Génesis 6:5-6 "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón" luego vino el diluvio universal, posteriormente Sodoma y Gomorra, y ahora estamos esperando lluvia de fuego por la misma causa.

La matanza de soldados, guerrilleros, paramilitares y población civil dentro de un país sumido en guerra civil y corrupción, sólo deja llanto y dolor en un mismo pueblo. Hay odio donde debiera existir el amor; hay rechazo donde debieran existir abrazos; hay muerte donde debiera existir vida, tres ejércitos hermanos, librando una guerra que no es su guerra, defendiendo unos intereses que no son los propios ni los de su clase y un pueblo inerme, pasivo e indiferente que solo llora y entierra a sus muertos en un campo de batalla donde solo debiera existir el abrazo fraternal.

Es ilustrativo lo que plantea ASODIAN nacional en su Boletín Semanal del 7 de julio del 2005: "El esfuerzo de cerca de ocho mil funcionarios de la DIAN, representado en un año de labor (2004) en el que se recaudaron 40 billones de pesos, sólo alcanza para cubrir el servicio de la deuda externa, el presupuesto del Ministerio de defensa y financiar la corrupción. La deuda externa del Estado colombiano llegó en este año a 25.536 millones de dólares (más o menos 60 billones de pesos), es decir el 21.6% del PIB. La anterior cifra es escandalosa si tomamos como base el recaudo efectuado por la DIAN durante el año 2004. Si dicho recaudo se dedicara de manera exclusiva al pago de la deuda externa del Estado colombiano, necesitaríamos recaudar impuestos durante año y medio y no nos alcanzaría para los intereses; pero de todas maneras eso no es posible porque nos quedaríamos sin estado año y medio lo que hace que el asunto cada vez empeore" y se equiparen deuda externa y deuda eterna como una sola cosa, como una sola expresión.

Reitero y todos lo sabemos que el problema no es académico sino político pero no queda por demás la reflexión. ¿Somos deudores o acreedores?

 

Néstor Bonilla Naboyán
SINTRADIAN - Cali
Cuestión de dignidad

 

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