Pbro. Napoleón García Anaya
Introducción
En las últimas décadas el pueblo afrocolombiano tuvo
un despertar y una toma
de conciencia notables; valiosa búsqueda de su identidad cultural, religiosa y
social, tímida lucha por recuperar su memoria histórica, sus valores étnicos,
y
sus organizaciones; todo ello con algunos logros en el campo de la educación,
la
política, la Iglesia institucional y las comunidades campesinas.
Hoy como pueblo negro sentimos la necesidad y el derecho
de seguir recorriendo
nuestras propias vivencias espirituales y expresiones litúrgicas, enraizadas en
la
tradición espiritual y cultural de nuestras comunidades, lo cual exige espacios
de libertad para poder expresarnos como cristianos afroamericanos.
El alma religiosa del hombre negro
La religión es el mayor documento de la historia del pueblo negro; está basada
no en los escritos, sino sobre todo en la tradición oral. Africa es tierra de
grandes
religiones, es el lugar donde la vida y la muerte no tienen fronteras. Fueron
los
grandes cultos de la antigüedad los que dieron consistencia a las culturas
africanas.
Las grandes religiones en Africa
Es bueno saber que la religión monoteísta nació en Egipto cuando el rey
Akenaton en el siglo 17 a. C. impuso en el imperio la adoración al Dios único
Atón, el disco solar. Mucho tiempo después la religión judía, el culto
monoteísta
más antiguo que persiste, tiene sus raíces en el Egipto africano. Moisés fue
africano, y tanto él como Abraham tuvieron en Egipto inspiración y los
acontecimientos fundamentales que formaron el pueblo hebreo. El éxodo, la
pascua y la alianza del Sinaí suceden en tierra africana, por eso la cultura
israelita tiene múltiples referencias a la cultura egipcia de donde brotan
muchas
de sus tradiciones.
También el Islam tiene notable raíces africanas. El
profeta Mahoma debió huir
de Egipto perseguido por sus enemigos. Después de su muerte sus discípulos
penetraron en el norte de Africa difundiendo su religión. Los primeros
predicadores llegaron hasta la corte de los reyes enseñando su credo. La
conversión de los soberanos legitimó a esta religión en las culturas
autóctonas.
La historia que documenta los reinos del norte está escrita en árabe, primera
lengua escrita que llega al Africa. En estas primera páginas se puede ver la
impresión que os poderosos reinos africanos causaron que los extranjeros que
los visitaron.
Todavía hoy persisten allí cultos tradicionales,
mientras que las grande
religiones como el Islam y el catolicismo siguen creciendo, a la par que las
sectas
fundamentalistas protestantes ganan adeptos todos los días en este continente
de gran espiritualidad.
La santería es la religión Yoruba, situados en la ribera del Níger, actual
Nigeria.
Su poderoso imperio tenía una organizada serie de reinos, el más importantes
Benin que duró 12 siglos. Su decadencia provocó que en la primera mitad del
siglo 19 la mayoría de esclavos que llegaron a Cuba provenían de su
población.
Las leyes españolas que permitían la esclavitud
trataban de atenuar la injusticia;
concediendo algunos derechos como propiedades, matrimonio y seguridad
personal. Estos yorubas eran llamados lucumí por su saludo «oluku-mi»: Mi
amigo. Aunque se les bautizó no hubo modo de catequizarlos por la falta de
misioneros. El resultado fue que muchos aceptaron externamente la doctrina
católica, pero mantenían interiormente su antigua religión.
La santería adora a Oludumare, fuerza central y
creativa de quien procede todo
lo que existe. Oludumare se expresa en el mundo a través de ashé, sangre de la
vida cósmica, poder de justicia y la vida; esta corriente divina encuentra
muchos
canales de mayor o menor receptividad. Oludumare creó los orishas para
manifestar su voluntad y esencia en la creación. Estos son los guías y
protectores de la raza humana.
En su esfuerzo por ocultar sus prácticas religiosas los
lucumí identificaron su
orishas con los santos del catolicismo. Un santo y un orisha son vistos como
manifestaciones diferentes de la misma deidad espiritual. Cada persona está
supervisada ““apatronada”” por un orisha que toma parte activa en su
vida
diaria. En la fiesta de su santo, la persona debe asistir a misa y a las
ceremonias
del orisha.
La Cosmovisión en la espiritualidad Afroamericana
La cosmovisión es la capacidad para dar sentido a la
realidad, para interpretar
las experiencias personales y grupales en una sola perspectiva, para organizar
lo
disperso en el sentido de lo global. El proceso histórico de los
africanos en
Colombia, con todas sus contradicciones, con su carga de muerte y sufrimiento,
con sus luchas y resistencias, ha configurado una cosmovisión en donde la
manifestación espiritual es eje de comprensión de la realidad.
Los afrocolombianos han desarrollado una visión global
sobre el ser humano, e
mundo, Dios, los espíritus y las energías que lo llenan todo. La visión
integral de
esta realidad y los valore que la refuerzan se ha vista históricamente
enfrentada
a una pastoral reduccionista, que promoviendo solo algunas facetas del ser
humano y la realidad (la espiritual, descuidando lo material, o viceversa), ha
provocado una esquizofrenia cultural de grave consecuencias sociales y
religiosas.
Los misioneros deben crecer en la comprensión de esta
cosmovisión del pueblo
para que el pueblo no sea víctima de sus reduccionismos, de sus
contradicciones, de sus confusiones, para que el proceso de inculturación
alcance realmente sus frutos.
Dimensión espiritual de la identidad
La pérdida de la memoria histórica ha llevado al
pueblo negro de América a
olvidar las gestas de sus antepasados africanos, su aporte al Nuevo Mundo y su
historia de lucha y resistencia. Si hasta la lucha de los cimarrones ha sido
borrada de los textos de la historia oficial, por eso nuestra historia ha sido
reducida a una mero recuento de sufrimientos, cadenas y resignación.
Es natural que una imagen tan pobre tiene que producir
una baja autoestima en
el colectivo afroamericano, que redunda negativamente en la afirmación de su
identidad. El futuro con sus utopías tiene que hacerse posible en cada presente,
pero las condiciones adversas hacen de las utopías proyectos inalcanzables,
fantasías que terminan haciendo el inmenso daño de no creer en la posibilidad
de un mundo mejor, resignándose ante las situaciones de opresión, en
justificar
y creer como voluntad de Dios lo que es un grave pecado. El pueblo negro corre
aquí el peligro de deshumanizarse definitivamente por la pérdida de la
esperanza.
Opresión y liberación en las practicas de la
espiritualidad
La opresión y la liberación son elementos que
modifican el modo de ser de un
pueblo y por tanto su modo de relacionarse. El pueblo de Israel configuró su
historia desde la memoria de la dura opresión en Egipto y el proceso liberador
que inspiró su fe en Yavé. La realidad de la opresión o liberación
histórica genera
y matiza el modo de ser y de relacionarse de un grupo humano.
El recuerdo histórico de la esclavitud, la realidad
diaria de la pobreza, la
constatación de la marginalidad social y la discriminación racial, el
espectáculo
cotidiano de la muerte, la frecuencia de la enfermedad, la dureza del medio y
las
dificultades para la sobrevivencia son las que hacen tan importantes nuestras
celebraciones fúnebres. Los misterios de la pasión y muerte del Cristo
encuentran en el pueblo negro su directa encarnacion. Mientras los
afroamericanos sigan padeciendo la cruz y la pasión. no aprenderán a celebrar
la resurrección.
Sin embargo un proceso serio de evangelización no se
puede realizar sin un
conocimiento de la historia del pueblo negro; y aquí la historia no son datos
cronológicos, sino acontecimientos de opresión-liberación en los que Dios
está
también implicado.
No se trata de celebrar la opresión, sino de ver cómo
ésta se transforma en
liberación. Lo que siempre habría que celebrar es la liberación del pueblo (la
vivida y la soñada), pero desde la situación que se vive y la opresión
concreta
que se está padeciendo.
Elementos de la espiritualidad afrocolombiana
Nuestros pueblos han mantenido con firmeza la fe,
desarrollándola en la vida
campesina, más atentos a Dios que a las instituciones, manifestando un espíritu
alegre y espontáneo, junto con una seria experiencia espiritual. Estas son
algunas de las características de su espiritualidad:
Los símbolos
Los objetos naturales pueden ser medios poderosos par manifestar la acción de
lo espiritual; su poder simbólico es muy importante y por eso las prácticas
cultuales y las acciones sociales están cargadas de múltiples símbolos: el
agua,
el aceite, las cruces, las plantas, los huesos, los colores, los aromas, los
vestidos,
etc.
Los Ritmos
La vida de la naturaleza está ligada a ritmos biológicos y temporales; así
mismo
la vida humana debe seguir la rítmica para conservar su equilibrio. En el
cuidado de la tierra, en el trabajo, en las relaciones sociales, y finalmente en
la
propia expresión física, musical y verbal, el pueblo negro intenta seguir los
ritmos de la naturaleza.
La contemplación
No se crea que la cultura negra es solo ruido y superficialidad. El contacto con
la
naturaleza alimenta el espíritu de reflexión y observación. La capacidad
contemplativa es una faceta importante de nuestra espiritualidad que no se ha
estudiado suficientemente.
La fiesta
La cultura afro tiene un espíritu festivo muy marcado que sale a flote con
cualquier motivo: en las alegrías y hasta en los lutos. Es el motivo ‘más
importante de la vida: se trabaja duramente para poder luego celebrar la
fiesta;;
es la que alimenta la unidad familiar y la vinculación social.
La Muerte
Es el hecho más cotidiano de la vida de los afrocolombianos: la muerte de los
niños, la enfermedad y la pobreza hacen de la muerte un invitado frecuente a
nuestras comunidades. Es la circunstancia vital que tiene más
elaboraciones simbólicas y sociales.
Aportes de los afrocolombianos al catolicismo
Nuestros antepasados supieron convertir una religión
impuesta y esclavizante en
una fe generadora de gracia y liberación. Convirtieron al Dios de los opresores
en
el Dios de los oprimidos. Ya desde un comienzo las sociedades secretas de
africanos, las cofradías y cultos de santería, tenían un espíritu de
resistencia y
de dignidad.
Entre los aportes y expresiones más importantes de la
religiosidad afro
destacamos:
- Haber aportado al culto de la Iglesia un estilo comunitario y festivo.
- Una concepción sacral de la existencia, en donde hasta la naturaleza es
lugar de manifestación espiritual.
- Una ministerialidad tradicional, responsable de las liturgias populares.
- Una vivencia profunda del misterio de la vida, muy unido al misterio de la
muerte.
- Una enorme riqueza de cantos y variedad de oraciones que facilitan la
expresión del sentimiento religioso.
- El liderazgo de la mujer que reivindica su espiritualidad y su sentida
importancia en el seno de las comunidades negras.
- Un sentido congregante y vinculante de las prácticas religiosas, en el
parentesco y en la sociedad.
Retos para el pueblo afrocolombiano
Toda esa enorme riqueza espiritual y cultural, que es precisamente la más
significativa del pueblo afrocolombiano, plantea a la iglesia en los albores del
nuevo milenio, serios retos pastorales y doctrinales que debe ser asumidos con
responsabilidad:
1. El Compromiso de defender la vida amenazada:
A la pobreza y marginalidad históricas de nuestras
comunidades, hoy se añade
el trágico accionar de grupos de violentos que manchan con sangre los ríos y
los
campos del Pacífico colombiano. ¿Cómo no dolerle al alma que en nuestros
campos haya una mortalidad de 192 por mil de niños y niñas menores de un
año?
¿Cómo no sentir un frío en el corazón al contemplar
el desamparo y el desprecio
social en el que se mueven las familias desplazadas, que por miles han debido
abandonar sus casas y parcelas, para venir a sufrir el abandono y llorar sus
muertos en Buenaventura, Cali, Quibdó, Popayán y Medellín?
Organizarse para defender la vida, fortalecer las
comunidades con la resistencia,
denunciar a los grupos armados guerrilleros y paramilitares que quieren
imponer sus prácticas de muerte y desolación, conocer y defender los derechos
humanos y los derechos étnicos de los pueblos, comprometerse con la defensa
de salud, deben ser retos prioritarios para el pueblo afrocolombiano.
Sin vida
no pasa nada.
2. El reto organizativo
Si hay un aspecto que haya dificultado nuestro progreso
y promoción social es el
individualismo ciego y la falta de organizaciones sociales. Por eso
comprometerse
con los procesos organizativos y comunitarios es la clave para enfrentar el
futuro Pero al mismo tiempo no hay un campo de mayor riesgo que el
organizativo, se corren todos los riesgos posibles de fracaso. ¿Cómo abordar con
esperanza este tema si los grupos que nacen son un archipiélago de
agrupaciones peleando por migajas y vendiéndose por nada?
Ayudar a que nazca una organización popular y adquiera
autonomía, es una
palabra mayor. Respetar sus diferencias, valorar la diversidad de sus aportes,
perder el miedo a que asuman sus propios retos y compromisos, a que hablen
con su propia voz, he allí un reto superior para los líderes del pueblo.
Se requieren organizaciones sólidas de todo tipo: de
jóvenes, de mujeres.
3. El Compromiso de renovar la Cultura
Es la mayor riqueza de nuestra gente; es la mayor
fortaleza del pueblo negro: su
cosmovisión, su lenguaje, sus relaciones sociales, su modo de ser. Pero
desarraigados del campo en un breve lapso de dos generaciones, la cultura afro
se hace urbana con inmediatez y requiere adaptarse al medio citadino. La
modernidad arrasa con tradiciones y valores; los jóvenes vuelan tras de
novedades y los ancianos languidecen entre la soledad y la incomprension.
¿Cómo afrontar la modernidad desde la sencillez de la
vida campesina? ¿cómo
enfrentar la globalización con su enorme poder desde los valores y la belleza
de
las costumbres locales? ¿cómo brindar a las nuevas generaciones las raíces
sólidas para construir la nueva cultura afroamericana con orgullo e identidad?
He allí un reto de graves implicaciones para el presente y el futuro de la vida
de
nuestro pueblo.
4. La defensa del territorio y los recursos naturales
Los pueblos del Pacifico llevan cuatrocientos años
apropiándose y conservando
este territorio rico y malsano. Bendición por sus recursos, maldición por su
destino. La riqueza mineral para España fue mortal para los africanos; la
madera que enriquece las empresas es la que deja malaria y tala irracional en
los campos de Cauca y Chocó; el pescado que faenan los barcos atuneros es el
que falta en las mesas de nuestro pueblo.
La Ley 70 ha sido un logro enorme que solo la historia
ayudará a comprender en
su justo valor. Defender este territorio para nuestros hijos, cuidar el medio
ambiente con mayor responsabilidad, en consonancia con el nuevo pensamiento
ecologista, pero también aprovechar racionalmente los recursos para nuestra
vida, es una tarea grave y precisa. No podemos seguir muriendo pobres sobre
una montaña de oro.
5. El reto de la Unidad
Por encima de nuestras diferencias la construcción de
la unidad como tarea
histórica nos aguarda; la superación de las discriminaciones internas, los
propios racismos, el odio contra el hermano ha conspirado contra nuestra
libertad. Recordemos el mensaje de Malcom X:
«Donde quiera que vayas y cualquier
cosa que hagas,
recuerda siempre que seguimos siendo hermanos y hermanas,
y que siempre tenemos el mismo problema.
No despilfarremos el tiempo en condenarnos y combatirnos recíprocamente.
Ya hemos perdido por eso demasiado en el pasado”
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X Encuentro Nacional de Pastoral Afrocolombiana
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